Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Archivo / María Ruiz
CIUDAD DE MÉXICO.- “Es una responsabilidad que te mantiene en casa, es un peso”. Así ha sido la experiencia de Margarita de cultivar, cosechar y procesar la medicina que su hijo Carlos –con discapacidad múltiple– usa para aminorar sus ataques epilépticos. “Es algo que te mantiene ahora sí que en la ilegalidad. Que te diga la vecina que las plantas ya huelen mucho, o tener esa incertidumbre, tener ese miedo… Es una responsabilidad que no nos toca, como pacientes”.
Este miércoles 13 de enero entró en vigor el Reglamento de la Ley General de Salud para el uso, producción e investigación médica de la cannabis. Una deuda legal que desde 2017 se tenía que haber publicado, aunque, en la experiencia de Margarita, la espera ha sido de cinco años.
“Desde el 2015 muchísimas familias hemos insistido en que nuestros hijos necesitaban los derivados de la cannabis. Después de estos cinco años, que se reconozca el uso médico de la cannabis significa que hay una responsabilidad del Estado para que los médicos se informen, para que haya medicamentos en las farmacias y que no solo seamos las familias a las que se nos discrimine o se nos critique”.
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