Otro caso de violencia machista en Salud Bucal del CUCS
Por: Cristina Campos. Foto: Archivo. Fecha: 26 de agosto, 2024
Hace tres semanas dimos a conocer el caso de una estudiante de Maestría en Salud Bucal de la Universidad de Guadalajara que denunció violencia psicológica del docente J.S. Zepeda.
Una nueva denunciante -obligada a renunciar a la Maestría- confía en Perimetral para hacer público lo que vivió bajo el mando del mismo docente
Poco se habla sobre la violencia que ejercen los docentes universitarios hacia sus alumnos y que parece ser, sigue en aumento.
Margo* es exalumna de la Maestría en Patología y Medicina Bucal de la Universidad de Guadalajara. Tomó la decisión de compartir lo que vivió dejando en claro que no tuvo opción y decidió rendirse ante tratos crueles y decisiones arbitrarias, cuando intentó cursar el posgrado en la UDG.
Siento la necesidad de compartir mi experiencia para alertar sobre las prácticas poco éticas y profesionales que se viven en este programa. Durante mi estancia, fui víctima de discriminación, acoso psicológico y degradación…
Ella no logró denunciar.
Docentes arbitrarios y crueles
La vida se depara en situaciones inesperadas, a veces para bien y a veces para mal. A la mitad del programa, Margo fue diagnosticada con una malformación arteriovenosa en el cerebro, lo cual le exigía evitar situaciones de estrés y mantener un buen descanso.
Ella recuerda que informó de esta situación al coordinador del programa -el mismo docente señalado en la nota anterior- y le aseguró que no se preocupara que siguiera con el programa en. Sin embargo, pasó todo lo contrario.
También hace memoria -respaldada con evidencias en audio e imágenes- de las agresiones verbales por parte de la otra docente muy cercana al coordinador del posgrado del Centro Universitario de Ciencias de la Salud.
Cuenta que durante su curso, ella misma detectó y diagnosticó a una paciente con síndrome de Cowden -condición que permite la aparición de tumores benignos en diferentes órganos y que en algunos casos predispone a cáncer-.
Lejos de recibir el apoyo o reconocimiento por mi iniciativa, fui objeto de comentarios despectivos y degradantes.
Esto se repitió con la primera denunciante que de dimos a conocer
Frases como ¿De dónde te sacaste ese diagnóstico? y <<Tu no pudiste haberlo hecho sola>> humillaron a Margo más de una vez frente a sus compañeros de curso.
La pusieron en duda de sus capacidades e incluso se cuestionó seguir con la profesión.
La misoginia la ejercen hombres y mujeres
A Margo le pasó un año antes lo que después comenzó a padecer Wendoline.
Para la estudiantes de la UDG hubo momentos en los que el hostigamiento la rebasó y se atrevió a grabar pruebas.
Comunicó internamente el uso de palabras y tonos despectivos, humillantes, por parte de una de sus profesoras, la cual la presionó para obtener los contactos de los pacientes que Margo diagnosticó.
Harta fui a enseñarle al coordinador lo que estaba pasando, me intentó calmar y comentó que no está bien esas situaciones pero agregó: tienes las de perder por ser estudiante y ella la maestra.
Relato de Margo ex-alumna de la UDG
La situación no mejoró después de su denuncia ante la autoridad que se suponía debió brindarle apoyo y seguridad.
En cambio, las burlas y humillaciones se hicieron más constantes, al igual que los ataques de ansiedad.
Por si no fuera poco, cinco meses antes de cerrar el programa, le impidieron terminar. Ella lo cataloga como una <<decisión arbitraria y cruel que solo refleja la baja calidad moral y ética con la que se maneja el programa académico>>.
Wendoline y Margo son dos estudiantes valientes que eligieron no conformarse, aún sabiendo que podrían resultar perjudicadas.
Con miedo e inseguridad denunciaron lo que se sale de toda norma de convivencia sana en la Universidad de Guadalajara.
Si Margo accedió a dar tu testimonio es para reforzar que la denuncia que obra en la Unidad de Primer Contacto en el marco del Protocolo para Atender Violencia de Género en la UDG, por parte de Wendoline, no es un caso aislado sino la forma en que funcionan los posgrados en el CUCS.
*Margo es un nombre ficticio. La víctima pidió mantener en reserva su identidad.
Cristina Campos
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