Residencial El Dosel: para vivir en el bosque hay que destruirlo

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Residencial El Dosel: para vivir en el bosque hay que destruirlo

Texto y foto: Abigail Arias. Fecha: 2 de septiembre, 2024

‘’El capitalismo tiende a destruir sus dos fuentes de riqueza: la naturaleza y los seres humanos’’. — Karl Marx

Desde su formación en 2005, el Comité en Defensa del Bosque Nixticuil ha sido muy importante en la lucha frente a las constantes amenazas hacia su existencia. El Comité ha enfrentado diversos intentos de urbanización que atentan contra la integridad del Bosque.

Aún se encuentran nuevamente en pie de lucha contra la construcción del fraccionamiento El Dosel, un proyecto que no solo invade el área natural protegida sino que pone en riesgo al ecosistema y a la comunidad.

En su sitio web, El Dosel se presenta como un desarrollo residencial exclusivo con «21 residencias de 3 recámaras», que ofrece la oportunidad de vivir en un entorno »eco-sustentable».

Bajo el lema «Deja de ir al bosque… ¡Vive junto a él!», el fraccionamiento promete tranquilidad, ecotecnologías y una vida en armonía con la naturaleza.

Sin embargo, el discurso de sostenibilidad y armonía con el entorno contrasta con lo que se vive en el Bosque, situación que ha sido señalada por el Comité en Defensa del Bosque Nixticuil.

Para adentrarnos en esta problemática, en estas líneas se dará a conocer lo compartido por Sofía y Adrián en una entrevista para Perimetral.

Orígenes de una lucha

El Comité en Defensa del Bosque Nixticuil nació en un contexto de amenaza. Sofía Herrera, miembro del Comité desde sus inicios, recuerda que la organización surgió tras un acto de agresión por parte del gobierno de Zapopan, que taló parte del Bosque para construir viviendas.

Este hecho detonó la organización comunitaria, con una participación activa especialmente de mujeres que poco a poco se vio disminuida por las divisiones fomentadas por el gobierno municipal.

Después de eso vinieron diversos proyectos inmobiliarios que amenazaron al Bosque, comenta Sofía.

En los últimos 20 años, la urbanización ha traído consigo incendios forestales, una práctica que pretende destruir el Bosque para construir nuevas viviendas.

La lucha del Comité no se ha limitado a la denuncia pública y legal. Sus miembros han tomado acciones directas para proteger el Bosque Nixticuil. Combaten incendios forestales, tienen un vivero comunitario para producir sus propios árboles y realizan trabajos de restauración.

El Dosel: Invasión y riesgo ambiental

La denuncia contra El Dosel, un fraccionamiento que se construye en la zona núcleo del bosque, surgió en 2020, en plena pandemia.

Según Sofía, la empresa Ingeniería, Asfaltos y Emulsiones comenzó a despalmar la zona, lo que llevó al ayuntamiento de Zapopan a suspender provisionalmente la obra. Sin embargo, la empresa acudió al Tribunal de lo Administrativo, donde el magistrado Alberto Barba, conocido por su historial de corrupción, anuló la suspensión, permitiendo que la construcción continuara.

Comenta que desde 2018, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) había establecido que al menos 450 metros del terreno en donde se está construyendo El Dosel están en zona federal.

A pesar de esto, la empresa ha continuado con las obras, incluso invadiendo el cauce de un arroyo que desemboca en el Río Blanco; agrega que el material de construcción se ha estado deslavando, obstruyendo el cauce del arroyo.

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Adrián Hernández añade que además de la invasión al arroyo, el fraccionamiento ha invadido el área natural protegida, específicamente la zona núcleo, donde sólo está permitida la investigación científica o la restauración ecológica. «Lo que hicieron es doblemente grave», denuncia Adrián.

Esta invasión podría ser la base de la reciente clausura municipal de las obras, aunque el Comité prevé que la empresa continuará aprovechándose del amparo que obtuvo en el Tribunal de Justicia Administrativa.

Demandas y exigencias del Comité

El Comité en Defensa del Bosque Nixticuil interpuso recientemente denuncias ante la Conagua y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), exigiendo la clausura inmediata del fraccionamiento.

<<Nos preocupa muchísimo que, además de toda la invasión que se está haciendo en el cauce, los drenajes de este fraccionamiento vayan a depositarse en el arroyo, que vaya a ser usado como un canal de desagüe de todo tipo de residuos>>

Comité Salvemos el bosque del Nixticuil

Pero hasta ahora, ni Conagua ni PROFEPA han actuado.

Adrián señala que PROFEPA ha delegado la responsabilidad al municipio de Zapopan, a pesar de que debería intervenir directamente debido a que se trata de una zona forestal en la que se están realizando cambios de uso de suelo.

Considera que esto es muy grave porque observan que puede haber cierta complicidad, ya que el director de medio ambiente en Zapopan fue el director de quejas en PROFEPA durante varios años.

Un llamado urgente

Adrián hace un llamado para que no se adquieran viviendas en El Dosel. «Comprar en El Dosel es comprar un riesgo». Añade que se están construyendo en una ladera inestable que sigue sufriendo derrumbes, especialmente durante la temporada de lluvias, y no tienen permisos ambientales.

Caracteriza esta construcción como una amenaza latente al arroyo, uno de los últimos arroyos limpios de Zapopan.

El Comité ha denunciado que, a pesar de la clausura oficial, las obras continúan dentro del fraccionamiento. Comentan que hay por lo menos dos patrullas de la policía de Zapopan afuera, »les dijimos que había gente construyendo adentro y nos ignoraron».

El Comité teme que se trate de un montaje para permitir que la empresa entregue los documentos necesarios para regularizarse:

<<Como si legalidad fuera sinónimo de justicia… No es lo que pedimos que sea legal, no nos interesa, nos interesa que se larguen>>

La exigencia del Comité es clara: intervención inmediata de Conagua y PROFEPA para clausurar definitivamente el fraccionamiento El Dosel y presionar para su demolición.

«Zapopan es juez y parte; ellos son los que administran el área protegida, pero al mismo tiempo son los que conceden permisos de construcción o no los conceden, pero tampoco frenan la urbanización», concluye Sofía.

Este es solo uno de los cientos de casos en la Zona Metropolitana de Guadalajara en los que las inmobiliarias actúan en completa impunidad, poniendo sus intereses económicos frente a la vida.

Afortunadamente aún hay quienes luchan contra estos embates. Solidaridad y apoyo para el Comité en Defensa del Bosque Nixticuil.

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Abigail Arias
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Estudié Pedagogía en la UNAM y actualmente soy estudiante de Antropología en la Universidad de Guadalajara. Lucho por la revolución y por otra sociedad.

Estudié Pedagogía en la UNAM y actualmente soy estudiante de Antropología en la Universidad de Guadalajara. Lucho por la revolución y por otra sociedad.

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