Soberanía y violencia: la destrucción del barrio y ranchos en Zacatecas
Por: Abigail Arias. Foto: PopLab/Archivo. Fecha: 18 de agosto, 2024
El antropólogo Claudio Lomnitz profundizó en cómo la violencia del crimen organizado ha transformado tanto los barrios como los ranchos en Zacatecas.
A través de un análisis teológico-político, expuso la manera en la que se ejerce una soberanía negativa en estos contextos a través del terror y la sacralidad del soberano.
El ciclo de conferencias titulado Teología política del crimen organizado ha comenzado con una serie de cuatro conferencias, que complementan dos ofrecidas en febrero pasado.
En este nuevo ciclo de presentaciones, se retoman y amplían las ideas previamente discutidas sobre el exterminio de jóvenes en los barrios de Zacatecas.
La destrucción del barrio
La conferencia titulada La destrucción del barrio, que se llevó a cabo el pasado 4 de julio, propone una exploración del significado teológico-político de la intervención del crimen organizado en estos espacios, con un enfoque en lo que Claudio Lomnitz denomina «soberanía negativa».
El antropólogo parte de una concepción histórica del barrio en México, trasladándose al virreinato, cuando los barrios eran unidades territoriales urbanas con reconocimiento administrativo y religioso, cada uno con su capilla y santo patrono.
Durante el siglo XIX, con la época republicana, comenzó a diferenciarse el concepto de colonia del de barrio, estableciéndose una distinción que ha perdurado con ciertas variaciones en el uso.
Un barrio se asocia usualmente con un tejido social denso y arraigado, mientras que una colonia suele estar vinculada a una ciudadanía más autónoma y moderna.
La conferencia también aborda la acepción de barrio como una pandilla juvenil, un grupo territorializado conocido en Estados Unidos como «clika», una generación de jóvenes que crecen juntos como vecinos y parientes en un entorno común.
En Zacatecas y Guadalupe, por ejemplo, existen tanto pandillas transgeneracionales como aquellas que son más efímeras.
Según Lomnitz, cuando se refiere a la «destrucción del barrio», está hablando de la destrucción de estas cohortes juveniles, no necesariamente del territorio físico en sí.
Los agentes de la destrucción del barrio
Lomnitz señala que la culpabilidad en la destrucción del barrio puede ser ambigua.
Los carteles han acabado con la juventud en los barrios, pero también cuentan con colaboradores dentro de ellos.
Expone testimonios de informantes que sugieren que las drogas terminaron con el barrio, y menciona los agentes que contribuyen a esta destrucción: la competencia entre carteles, y los jóvenes del barrio que trabajan para los carteles, actuando como sus oídos.
Esta infiltración del barrio complica aún más la situación.
La Virgen de Guadalupe, madre protectora del barrio
Los barrios de Zacatecas, al igual que muchos otros lugares, han tenido una fuerte identificación guadalupana.
Lomnitz muestra murales que evidencian la ideología de la unidad del barrio, una unidad que a veces se ve vulnerada por la presencia del cartel.
«La Virgen madre es un buen símbolo del barrio porque los jóvenes del barrio están arraigados, viven, gozan y protegen sus calles». -Lomnitz
La idea de que la Virgen es la que cobija a la juventud del barrio tiene que ver con el arraigo a la comunidad.
A diferencia de otros cultos como la Santa Muerte o San Judas, que son un símbolo de interseción personal, la Guadalupana es un símbolo de intercesión comunitaria.
»La madre protectora se convierte en el símbolo preferido de esta forma de organización social, y por eso los barrios de Zacatecas han transformado sus murales de la Virgen en espacios de rememoración de sus jóvenes asesinados y de sus barrios desaparecidos». -Lomnitz
La destrucción del rancho
En la segunda conferencia del ciclo, titulada La destrucción del rancho y llevada a cabo el 5 de julio, el antropólogo Claudio Lomnitz abordó la transformación y violencia que afecta a las comunidades rurales en México, especialmente en Zacatecas.
Lomnitz retoma a Patricia Arias para hablar de «la nueva rusticidad» en México, una transformación que acerca las características del barrio urbano al rancho rural.
Según Lomnitz, se está dando una «urbanización del campo», un proceso que desdibuja las fronteras entre lo urbano y lo rural, debido al auge de la migración hacia Estados Unidos y los efectos de las reformas neoliberales y la revolución tecnológica.
Este fenómeno ha sido acompañado por un aumento en la violencia en los ranchos, aunque, como señala el antropólogo, hay miles de ranchos en México, lo que dificulta generalizar sobre esta situación.
Abandonar el rancho en búsqueda de seguridad
Expone casos concretos de reclutamiento forzado por parte de cárteles y la falta de denuncias por desapariciones, resultado de la desconfianza en las autoridades y la normalización de la violencia.
Un testimonio citado por Lomnitz evidencia la dura decisión de abandonar el rancho debido a la violencia, algo que muchas personas se ven obligadas a hacer, dejando atrás su patrimonio en busca de seguridad.
Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública del INEGI, en 2021 había más de 831 mil personas en México que habían cambiado de residencia por motivos de violencia, aunque no se sabe cuántos provenían de ranchos.
Lomnitz también analiza las semejanzas y diferencias entre la violencia en los barrios urbanos y en los ranchos.
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Señala que, en ambos contextos, el «chapulineo» -cambiar de dealer– puede llevar a desapariciones o asesinatos, un fenómeno ahora también presente en los ranchos. Asimismo, ambos contextos comparten la desaparición de la juventud y el reclutamiento forzado.
Una diferencia es la capacidad de vaciar completamente la población de un rancho, algo que no ocurre en los barrios urbanos.
Lomnitz menciona el caso de 14 comunidades en Jerez que fueron vaciadas por completo, lo que representa un cambio en la estrategia de los cárteles, que ahora buscan controlar militarmente territorios en lugar de simplemente crear clientelas.
El rancho, además, puede ser utilizado como trampolín para construir redes de distribución en Estados Unidos. Otra diferencia, es que se han encontrado fosas clandestinas y campos de entrenamiento cerca de algunos ranchos.
Sobre la cultura del narco y la teología política
Cuando se le preguntó si existe una nueva cultura del narco, Lomnitz respondió que todo lo que nosotros hacemos es cultural, pero advirtió que el hecho de que sea cultural no significa que sea inamovible.
Estableció los siguientes puntos:
1. Sí hay una cultura, sí se trata de un fenómeno cultural.
2. Eso no significa que no se puede cambiar.
3. Eso no significa que a la gente le guste. Agrega que hay muchas cosas de la cultura que son odiosas, que no toda la cultura es tan entrañable.
Lomnitz concluyó con una reflexión sobre la relación entre soberanía y teología política en el contexto del narco.
En el momento que tienes la figura de la soberanía emergiendo…la capacidad de matar sin pagarla, sin tener que someterte a otra ley, la capacidad de violar sin tener que someterte, la capacidad de robar sin tener que someterte… eso se llama soberanía, entonces en el momento que tienes soberanía tienes sacralidad… es decir, no lo puedes tocar, no lo puedes ver a los ojos, tienes que envolverlo en cierta ritualidad porque es una figura de miedo, el soberano es una figura de terror, porque el soberano puede hacer lo que quiera y es siempre mucho más grande que tú, entonces en ese sentido, en el sentido que hay soberanía hay teología política, y eso no quiere que hay una religión, que hay una serie de creencias.
Estas conferencias se realizaron en el Colegio de México
La anterior reseña de las conferencias a lees aquí.
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Abigail Arias
Estudié Pedagogía en la UNAM y actualmente soy estudiante de Antropología en la Universidad de Guadalajara. Lucho por la revolución y por otra sociedad.
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