Infancias jugando nos cuentan su historia: Cinema al barrio

por Susana Rodríguezhace 8 meses

Por: Susana Rodríguez. Fotos: CulurAula. 18 septiembre, 2023

El juego es la herramienta a través de la cual las y los niños se apropian incluso de los temas que merecen toda su seriedad. Ante ese lenguaje lúdico que las personas adultas desconocen en su totalidad, pueden participar como guías u orientadores de un proceso creativo, pero siempre a través de la voz de las infancias.

En la experiencia de Víctor Arciniega Trujillo, integrante del Colectivo CulturAula, es así como las infancias se apropian de los espacios, los discursos y los proyectos, contó en entrevista para Perimetral.

El proyecto “Cinema al Barrio, circuito itinerante de cine mexicano para niñas niños y adolescentes” nació de un trabajo en conjunto entre los colectivos CulturAula y Fernando Martínez de KultuDoc.

Aunque fue una iniciativa entre personas adultas, el corazón del proyecto late en las resistencias de las propias niñas y niños de Mexicaltzingo, Miravalle y Tonalá.

Desde el patio de una vecindad en Mexicaltzingo y las faldas del Cerro del Cuatro se empezó a soñar un proyecto que en el camino consideró también las calles de Tonalá de la mano de la compañera Teresa Figueroa.

El sueño estaba ya dibujado y se materializó a través del apoyo económico de Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE).

Cinema al Barrio abarca un laboratorio de aprendizaje a través del juego y momentos de exhibición de cortometrajes dirigidos y en algunos casos elaborados por niñas, niños y adolescentes, de todo el país.

Nuestros espacios, nuestra identidad, nuestro cine

Las y los niños de cada uno de los tres espacios en donde hace algunas semanas inició Cinema al Barrio tienen diferentes historias y sus propios lenguajes que están entrelazados en las características de su entorno.

En el patio de una vecindad en Mexicaltzingo, se aprende, enseña y cuida; el Cerro del Cuatro, ese gigante verde tiene algunas leyendas que sólo las y los niños conocen y los nahuales y tastoanes de las calles de Tonalá se han ido asomando entre los adobes a partir de su intervención, dice con una sonrisa Víctor Arciniega.

Después de sesiones de juego donde las infancias “aprenden como hacer cine” mientras hablan de sus propias vidas y entorno, como un acto de magia el espacio de convivencia se transforma en una sala de cine, con sus sillas, una gran pantalla y la familiaridad de lo propio.

La magia de cada espacio

Tonalá, a través de espacios como el centro cultural independiente Los Ariles, dirigido por Teresa Figueroa y de la acción comunitaria de las y los vecinos, para Víctor es un territorio lleno de tradiciones, mística y que huele a magia. Todo esto lo guardan las y los niños en su cuerpo, en su historia y se lo han mostrado a sus guías adultas a través del juego.

La colonia Miravalle es un asentamiento relativamente reciente, sus necesidades y padecimientos son otros; en su historia hay mucha resistencia, las infancias reconocen en el Cerro del Cuatro de manera natural un espacio vital que es suyo.

Tanto la Universidad de Guadalajara como las propias autoridades estatales han intervenido este espacio natural para transformarlo, no precisamente para bien.

“(Ellas y ellos) se sienten urbanizados, saben que está creciendo todo, ven caer sus árboles… quieren mucho al Cerro del Cuatro porque lo habitan, no viven todo el tiempo ahí, pero acostumbran a estar yendo, subiendo, bajando”
Víctor Arciniega de CulturAula

Y los patios de las vecindades en Mexicaltzingo son espacios donde niñas y niños construyen su propio microcosmos, esas historias que los circundan y forman una parte esencial del barrio que debe ser escuchada.

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Liberar los cuerpos y los pensamientos a través del juego

Luego de caminar un trecho de la mano de las infancias Víctor aprendió a reconocer que la forma más adecuada de habitar los espacios de formación es el juego, la corporalidad, no sólo para niñas y niños, sino también para las personas adultas.

En esos espacios las programaciones “formales” y los tiempos de las adultas generalmente suelen pasar a segundo plano cuando las y los niños se abrochan los cinturones de seguridad y pilotean, hacia un destino que incluso en algunos momentos puede ser incierto, pero siempre muy enriquecedor.

Mediante la voz de las infancias, Cinema al Barrio ha ido tomando matices, muchas historias circundan el ambiente, todas tienen que ver con los cinco, diez o hasta 15 años de vida que tienen las niñas, niños y adolescentes que asisten al laboratorio y las proyecciones.

Son ellas y ellos quienes propician la magia.

Nosotras iremos más allá: la historia de las videocápsulas

Originalmente el proyecto financiado por IMCINE que tenía como objetivo la “formación de públicos” contemplaba únicamente la proyección de cortometrajes para niñas, niños y adolescentes en sus entornos.

Sin embargo, por la experiencia de los colectivos CulturAula y KultuDoc y la forma en que han venido trabajando en las comunidades, estas miras se quedaban cortas y para este caso no tenían previsto limitarse.

Desde un inicio, la propuesta incluía el espacio de laboratorio que finalmente derivará en la producción de algunas videocápsulas inspiradas, narradas y mostradas por las y los niños de estos tres territorios.

Técnicamente en este momento las y los niños están trabajando en lo que serán los guiones de estas videocápsulas, es importante decir que en el lenguaje de las infancias esta formalidad no existe, están en su propio proceso creativo.

Aunque todavía no lo tienen determinado al cien, Víctor comentó la posibilidad de que pudieran ser cinco videocápsulas por cada uno de los espacios donde ahora están trabajando.

Al final del proceso se mostrarán a la comunidad como parte de esta mística con la que estos colectivos han aterrizado su trabajo comunitario.

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