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En estos días se estará llevando a cabo el Congreso Internacional de Niñez organizado por el gobierno Zapopan, con un slogan muy peculiar que más pareciera frase de dentista “Cuidemos sus sonrisas”.
Hace evidente cómo la temática de niñez se vuelve a limitar a la esfera de lo privado, lo familiar y lo escolar, evadiendo el papel público de la niñez y obviando las políticas firmes y coherentes que se deben perseguir para garantizar una «Ciudad de los Niños» que tanto se presume.
Esta serie de conferencias desde lo digital ponen al alcance de quien se sienta aludido, el pensamiento de expertos en niñez y presentando como conferencista magistral al destacado niñólogo Francesco Tonucci, principal impulsor de este paradigma de organización urbana centrada en las necesidades fundamentales de la niñez.
En este evento se desperdicia por completo su experiencia en el ámbito de la gestión municipal y la gobernanza de las ciudades a través de propiciar la participación auténtica de la niñez, con voz y voto en las decisiones que los funcionarios toman siempre considerando su punto de vista.
Ponen a este experto a hablar de escolarización virtual, un tema que se ha advierte como secundario, improvisado y abordado ya por este reconocido niñólogo durante todo el tiempo de resguardo por salud.
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Y no es que no sea importante lo que el maravilloso Tonucci tiene que decir al respecto, pero ya que el evento es organizado por un municipio que presume tomar acciones para convertirse en La Ciudad que la niñez necesita, bien sería bueno que solicitara de un gran personaje como éste, compartiera con los funcionarios y quienes toman las decisiones, los modelos que se tienen que desarrollar para garantizar la conformación de los consejos de la niñez.
Estos consejos son tan fundamentales para asegurar una participación equiparable con el cabildo municipal y que están integrados, por supuesto, por niños y niñas con voz auténtica, y trascender la imagen de niños modelos, idealizados y con pose, que retrata el municipio cada vez que hace promoción a las acciones que involucran a la niñez, pero que evidencian una participación decorativa.
¿Y adivinen la gran ausente en este evento? Por supuesto, la voz de niños y niñas, como si ellas y ellos no tuvieran bastante por qué pronunciarse sobre las cosas que les conciernen.
Mucha tarea queda pendiente. Una de ellas es no aplaudir complacientemente estos eventos que involucra presupuestos y gestión públicos y que debe ir más allá de las buenas intenciones, porque no solo de eso deben estar empedradas las ciudades de la niñez.
Promotora y gestora cultural especialista en pedagogía y cultura para la niñez; fue directora del Museo El Globo en Guadalajara y responsable de la transformación conceptual y física del recinto; es ciclista en tacones y madre todo el tiempo.