Bien UDG, pero seguir de contrapeso ante violaciones a ddhh
Por: Jade Ramírez. Foto: Gustavo Alfonzo / CS UDG. Fecha: 4 marzo, 2024
Ya todos lo han consignado: es histórico haber obtenido la aprobación por el Congreso del Estado de Jalisco para que cada año a la Universidad de Guadalajara (UDG), se le asigne de presupuesto un 5% del total que obtiene Jalisco como entidad.
También se entiende que esta movida básicamente política, primero del gobernador actual Enrique Alfaro al Grupo UDG y luego viceversa, del “musculo masivo” de la universidad al gobierno estatal, tomó un giró distinto con la muerte del tótem Raúl Padilla López.
Ahora las aguas están calmadas. Hay fuegos internos bastante justos y no nuevos en la universidad sobre el manejo de recursos.
Lo que debe ser seguro para las mentes más brillantes, activas, analíticas, dignas es que el rol de ser el mejor contrapeso del Gobierno de Jalisco en materia de violaciones a los derechos humanos, es innegociable.
Hacer memoria
Una tarde del año 2010 presenciaron integrantes del Comité Salvemos Temaca, Acasico y Palmarejo acompañados del defensor de derechos humanos Marco von Borstel y la que escribe, la llamada sucinta pero eficaz que hizo Roberto Castelán Rueda, entonces rector del Centro Universitario de los Lagos, a Raúl.
Fue después de una visita al CU en Lagos de Moreno.
La intención era sensibilizar y concientizar a los estudiantes, de las violaciones a los derechos humanos que se cometían por la imposición de la Presa El Zapotillo.
Básicamente la llamada fue para confirmar el apoyo íntegro a las comunidades afectadas que estaban en resistencia.
Entonces todo el poderío de la UDG desde iniciativas individuales, la academia, activismo y medios de comunicación estaba con los ojos –y las intenciones- puestas en Temacapulin.
Acababa de superar la universidad la crisis grillezca más dura y mortal de sus recientes tiempos tras el derrocamiento de Carlos Briseño y su equipo en la vicerrectoría.
Tenían planeado -y casi lo logran- arrebatarle el control del Grupo UDG a Padilla López.
La relación con el gobierno del estado no era óptima.
Emilio González Márquez le donaba billetes a la iglesia católica borracho de impunidad; con brotes golpistas hostigaba a la UDG sobre el recurso presupuestal.
Había doble motivo: aliarse con una resistencia genuina y única, además de la pugna de cada año por obtener más recursos para operar los grandes proyectos de la universidad y la base, lo educativo.
Por supuesto que ya antes la academia y docencia se había opuesto a la construcción de la Presa Arcediano por el gasto millonario que representaba.
La Presa Zapotillo alcanzó ese costo 19 años después.
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Hacer memoria II
Mi madre llegaba con las ollas de agua fresca y botanas, pagadas por su bolsillo, a los eventos que organizábamos los programas de radio donde yo trabajaba en Radio Universidad de Guadalajara en 1999.
¿Por? Porque no había presupuesto para ello.
De mi no salario y haciendo vaquita David Guerrero y yo, le servíamos a las y los invitados de La Cuenta de los Guías café soluble a las 9 de la mañana, por mencionar solo dos episodios del mismo tipo.
No yéndome tan lejos en el año 2015, convencí a mi jefe inmediato que aprobara irme de enviada especial a Tlapa, Guerrero, pues había suficientes datos de que ahí se iba a poner más heavy la jornada electoral intermedia, precisamente, con motivo del primer aniversario de la desaparición forzada de los estudiantes normalistas.
El buen Jefe Vic leyó lo interesante y me respaldó con viáticos pequeñísimos.
Me financié todo con todo lo que implicó superar el quedarme atrapada toda la noche del 6 de junio 2015 entre vecinos de la colonia Tepeyac, en Tlapa, por el fuego cruzado de la Policía Federal y los militares que incursionaron a la colonia principalmente habitada por magisterio, para emprender represalias por boicotear las elecciones y quemar boletas.
Me refugié debajo de una mesa en un cuarto trasero a donde en redada vecinas y yo, nos metimos a una tienda de abarrotes para sobrevivir a la embestida del operativo federal a las 7 de la noche.
La liquidez para imprevistos en la UDG no es algo garantizado.
Cuidar a la clase trabajadora y estudiantes
A donde quiero llegar es a que la Universidad de Guadalajara tiene una larga lista de asuntos por resolver y que, por falta de recursos, siempre quedan en el limbo:
Papel higiénico, agua, jabón; plumones para pintarrón, transporte único para estudiante y clase trabajadora.
Comedores, ludotecas y lactarios; financiación de viajes especializados para no mandos directivos sino empleados de a pie.
Otorgar definitividades a quienes llevan 27 años siendo docentes de asignatura desde una perspectiva no de explotación: hay madres jefas de familia que no pueden dotarse de estudios para cubrir los requisitos al pie de la letra.
O atender la suspicacia legítima de las maestras y docentes –también personal administrativo aunque no lo digan- sobre el estatus de la cuenta del Fondo de Pensiones y Jubilaciones, compuesto una mitad por las retenciones quincenales y otra parte que pone la universidad.
Una manada puede ser muy útil en condiciones de igualdad, no habiendo felinos de primera y de segunda.
Una manada se activa porque al final del día muchas, muchos, muches, tenemos un sentido de pertenencia a la institución por una mil anécdotas y logros tanto individuales como colectivos, pero una manada ya acostumbrada a la precariedad, en 2024 está pidiendo una política de austeridad a la clase privilegiada.
Bien UDG, pero seguir de contrapeso ante violaciones a ddhh
Que ese 5% anual se reparta y no sólo se visualicen los últimos suspiros del licenciado, sino para la realidad de una entidad en llamas a la que le urge sanación, estudio, bienestar, soluciones, transformaciones que acerquen a una vida digna.
La vocación siempre ha estado en los musgos de las aulas; historiadoras, docentes o periodistas pueden ampliar el historial de casos, pero sin duda a partir del despojo y el agua, hasta con la actual crisis de violaciones a los derechos humanos como es la desaparición de personas, el rol de análisis, crítica y estudio de las problemáticas siempre en la UDG y no puede ponerse al contentillo o negociación.
Y la Universidad de Guadalajara es el mejor contrapeso al poder en el amplio espectro de los derechos humanos.
No lo ignoren, ni lo pongan en juego.
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