Niega DEAVIM protección a víctima con medidas; violentador impune
Por: Jade Ramírez. Foto: Redes. Fecha: 5 / 12 / 2022
Se viraliza valiente y amplia denuncia de Yanely Agredano, víctima de violencia machista por parte de Eduardo N, con quien tuvo una relación afectiva.
En un video subido a Instagram, como último recurso en su defensa, narra los detalles de las agresiones físicas, violencia sexual, daño a su patrimonio, acoso cibernético y maltrato a su hijo de 12 años, además de molestias a vecinos.
Ella tiene dos denuncias, la primera de abril de 2021 después de separarse de él, pero que se fue ampliando y ampliando y ampliando, porque se acumulaban los hechos delictivos contra ella y su hijo, sin que la Fiscalía del Estado de Jalisco fuese capaz de terminar con la violencia.
La víctima logró que le otorgaran una Orden de Restricción para que Eduardo N. no se le volviera a acercar, pero esté la ha burlado varias veces: la atacó sexualmente, tiene un esguince, le provocó hematomas y volvió a atacar su vivienda como el automóvil.
En el video de Instagram, donde abrió una cuenta Yaneli llamada elsenorcreatura.abusador para narrar lo que ha estado padeciendo y hacer un llamado urgente a que frene, describe todos los episodios en que el violentador se ha burlado de la fiscalía y la Dirección Especializada en Atención a la Violencia contra las Mujeres en razón de género (sic).
Pulso de vida de chocolate
Aunque las autoridades de Igualdad Sustantiva del Gobierno de Jalisco se han colmado orgullosamente en propagar que se puso a disposición de las víctimas los pulsos de vida, un geolocalizador que invade la intimidad de las mujeres «beneficiarias» de este mecanismo, estos no funcionan.
Emiten la señal de alerta, aparece medianamente rápido una unidad de reacción de Policía Guadalajara y la DEAVIM, pero el personal se niega a detenerlo porque «no hay flagrancia»: al no estar delante de ellos ahorcándola, violándola, quebrando vidrios, orinando por la ventana del auto o lanzando mierda por la ventana, ellos no hacen nada.
Aunque hay dos carpetas de investigación en la fiscalía por similares hechos, aunque se celebró una audiencia pero el denunciado no se presentó, aunque hay videos, correos y una tácita amenaza que dice «…de todos modos yate vas. Qué bueno», lo que se suma como clara intención de asesinarla, a Yaneli Agredano y su hijo nada los ampara o protege.
Ninguna determinación del Protocolo Unificado de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género en el estado de Jalisco -elaborado por Demoskópica México bajo el pago de cientos de miles de pesos-, puesta a prueba, ha operado cabalmente a favor de las víctimas, como ya lo vimos con Luz Raquel Padilla, por mencionar el caso más arrebatado de esta administración.
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Si algo le ha ayudado en el instante de los ataques a Yaneli, es contar con comunicación directa con la funcionaria María Elena García Trujillo, Subsecretaria de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencias.
Ella reflexiona sobre esto y lo que llama «privilegio», pues las demás víctimas con órdenes de protección no tiene ese recurso. Peor tampoco hace la diferencia y el agresor sigue impune.
Familia de violentador, corresponsable
Para nadie del círculo cercano de Eduardo N, es desconocido que éste lleva años agrediendo a Yaneli. Lo supieron desde la separación tras 12 años de relación, lo confirmaron cuando ella avisó de las denuncias.
Alguna vez, comenta a Perimetral, ella les llamó y su familia se comprometió a llegar de inmediato para intervenir. Nunca pasó.
Eduardo N. en contrasentido a la filosofía que difunde el colegio Creer preescolar & Valle de Filadelfia Guadalajara, propiedad de la familia del violentador y feminicida en potencia, no sabe controlar la frustración, los enojos y hace rabietas.
El también publicista en Creatura Comunicación, consume drogas sintéticas, tiene daño psicótico por el que ya alguna vez estuvo internado en el hospital psiquiátrico San Juan de Dios, pero del que salió sin transformación.
Como señalaron psicóloga feminista e integrante del colectivo Dejar de Chingar: algunas terapias o talleres en un CECOVIM no cambian nada; debe involucrarse el círculo familiar del agresor para valorar cuánto de la masculinidad tóxica y feminicida realmente se está modificando.
Yaneli Agredano ha estado viviendo encerrada. Se quedó sin clientes porque el agresor se los quitó. En medio del trauma da vuelta a los últimos acontecimientos y expone las falacias de las autoridades sabiendo, que en cualquier momento como parte del plan del agresor, su vida puede terminar porque Eduardo N. puede hacerlo y se lo permiten.
Perder dinero y mala fama, el apuro de la familia
La hermana del violentador le ha buscado tras la denuncia pública que salió en instagram y divulgó Yovoy8m, para pedirle que deje de crearle problemas a la escuela-empresa pues ello rompe la tranquilidad de donde se sostienen 50 familias.
Como si Yaneli y su hijo no tuviesen derecho a vivir libres de violencias, a familiares de Eduardo N. el pragmatismo capitalista de nada que desestabilice las finanzas puede pasar, le pesa más que se de a conocer en redes lo que está pasando, que evitar ella resulte asesinada por el incremento de ataques.
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Soy radialista, periodista autodidacta y defensora de derechos humanos.
Autora de Radiografía de la música callejera en 2001, mi iniciación al paisaje sonoro. Gané la Bienal Internacional de Radio en tres ocasiones: radio-arte, radio indigenista y en mesa de debate. Premio Internacional de Periodismo Rey de España en 2008; finalista en 2007 y 2009 del Premio Fundación Nuevo Periodismo por radiorreportajes sobre violaciones a los derechos humanos atravesados por el eje cultura.
Becaria de la Fundación PRENDE en la universidad Ibero y becaria Connectas. Oficial de Libertad de Expresión en la Red de Periodistas de a Pie de 2015 a 2021.
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