Los contextos y periferias de la FIL
Por: Blanca Brambila. Foto: Bernardo de Niz /FOTOFIL. Fecha: 25 de noviembre, 2024
A la memoria de Martha Acevedo y los miles de voluntarios que han colaborado en la FIL
En 1987 se podía apreciar con claridad la inminencia de los cambios políticos, sociales, económicos y culturales frente al cambio de paradigma: la globalización; el mundo visto como una gran aldea global, la liberación de los mercados, la desaparición de fronteras, la próxima caída y cambio de regímenes.
Como lo expresaría el músico Klaus Maine en 1989 <<el mundo se achica>> en la mítica canción Vientos de cambio del grupo Scorpions, el mismo año de la caída del Muro de Berlín. A partir de entonces, los mercados marcarían las tendencias en casi todos los ámbitos, el cultural no sería la excepción.
En el contexto cercano y local antes de 1987, las comunidades culturales, literarias y artísticas de Guadalajara vivían en una plácida y monótona dinámica endogámica; los grandes talentos debían emigrar a la capital para crecer y llegar a posicionar a la ciudad y el estado en contextos nacionales e internacionales… sin embargo, los vientos de cambio llegarían también a estas tierras.
El chiste es vender
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) nació bajo el signo y cobijo de la globalización de los mercados.
En la ciudad, el Estado y la Universidad de Guadalajara se gestaba un gran escenario para el cambio de paradigma: una feria del libro internacional con vocación comercial para atender los nuevos mercados del libro.
Para entonces y como inicio se consideró la demanda del libro en español en los Estados Unidos; es por eso que cada año, la realización de la feria coincide con la celebración del día de acción de gracias en aquel país, una buena época para atraer a los compradores-turistas de aquella región.
En 37 años muchas cosas han cambiado. La FIL creció, se consolidó e internacionalizó; ha llegado a ser un espacio para los grandes, medianos y pequeños mercaderes del libro ya sean locales, nacionales o internacionales.
Todas las aristas de la industria editorial acuden cada año a esta ciudad a reafirmar el peso que tienen los mercados.
Desde entonces, esta ciudad apareció en el mapa de los <<grandes eventos> y la cómoda condición endogámica quedó atrás. Como cada año, miles de personas relacionadas con el mercado del libro y las acciones culturales acuden a la FIL en una gran peregrinación casi ritual.
A lo largo de estos años hay visitantes frecuentes casi, casi, institucionalizados que se han <<ganado>> un trato preferencial. Al parecer esta feria es una gran pasarela que los mantiene vigentes y hasta los rejuvenece. Se debe reconocer que también han surgido nuevos y pujantes talentos propiciando un sano relevo generacional.
Metrópoli frenética
En lo local la feria propició el <<florecimiento>> de los contextos culturales y aparentemente quedó atrás la endogamia pues la ciudad se abrió a las tendencias…habíamos dejado de ser provincia.
Sin embargo, la FIL se vive vertiginosamente llena de actividades y presentaciones, visitantes distinguidos y miles de libros, cientos de horas de preparación previa, muchos voluntarios de todas las condiciones, edades e intereses.
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Existe una considerable derrama económica a los comercios locales, sobre todo los cercanos a este espacio. Eventualmente la vorágine de la fiesta se extiende a las periferias de la ciudad y el estado con los Ecos de la FIL en bachilleratos. Hay de todo y para todos.
Después de nueves días llega el cansancio y la resaca. La ciudad deja de ser el epicentro de la cultura, se despoja del traje de luces, llega el silencio, la calma y se prepara para la siguiente celebración.
Desde ahora muchas personas se están preparando para acudir a la cita anual en Guadalajara, aunque no todas el resto del año, tienen acceso a libros, charlas, presentaciones y recreación ligada al libro.
Allá nos vemos y en una próxima entrega a Perimetral, contaré lo más significativo.
Blanca Brambila Medrano
Licenciada en letras hispanoamericanas por la Universidad de Guadalajara 1982-1986; Maestra en Promoción y Desarrollo Cultural por la Universidad Autónoma de Coahuila 2007-2009.
Profesora de literatura universal a nivel bachillerato en la Universidad de Guadalajara.
Fue coordinadora de la Casa Salvador Echavarría Echavarría perteneciente a la Coordinación de Promoción y Difusión Cultural de la Universidad de Guadalajara (1997-2003), ha publicado artículos especializados sobre gestión cultural y animación a la lectura en diversas publicaciones locales y nacionales, formo parte de la mesa fundadora de la Asociación Mexicana de Promotores de Lectura (1997-1998).
Actualmente es profesora investigadora adscrita al Instituto de Gestión del Conocimiento y del Aprendizaje en Ambientes Virtuales del Sistema de Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara. También es docente en el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA).
Forma parte del Cuerpo Académico 1158 Derechos Humanos: intersecciones de la cultura y el género.
Ha participado como jurado en el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
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Autora del libro “Formación profesional de gestores culturales en México. El caso de tres programas universitarios” 2015.
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Desde 2010 forma parte del equipo temático especializado en Cultura y Recreación del Observatorio Ciudadano “Jalisco Cómo Vamos”.
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Coautora de libro “Propuestas de inclusión, educación y gestión cultural de jóvenes investigadores 2021.
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Coautora del libro “Investigaciones transdisciplinarias de gestión cultural en Latinoamérica” 2021
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Coordinadora del libro “Deshojando Vidas” 2024.
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Forma parte del Consejo Municipal de Participación Ciudadana del Municipio de Zapopan 2023-2026.
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