Iglesia restaura con resistol lienzo histórico de Virgen de Guadalupe 

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Iglesia restaura con resistol lienzo histórico de Virgen de Guadalupe 

Por: Adrián Montiel. Fotos: INAH Jalisco. Fecha: 12 diciembre, 2023

Tras el siniestro contra el lienzo del siglo XVIII en febrero de 2020, la Comisión de Arte Sacro de la Arquidiócesis de Guadalajara restauró la obra que, de acuerdo con un dictamen pericial e informe de restauración del INAH-Jalisco, causó daños adicionales

El INAH descubrió que se había «reparado» con resistol, un segundo restaurador cobró 197 mil pesos por arreglar el lienzo donde hoy, clavan sus ojos y fe los feligreses.

La Comisión de Arte Sacro de la Arquidiócesis de Guadalajara restauró con productos de papelería y tlapalería —resistol blanco, plancha para ropa, parafina y pasta resanadora de madera, entre otros—, el cuadro de caballete de la Virgen de Guadalupe.

El cuadro fue ejecutado por José de Alcíbar en 1788. Su obra, principalmente religiosa, está distribuida en conventos y templos de la Ciudad de México, Aguascalientes, Estado de México y Museos como el Guadalupano de Zacatecas, El Prado y de la Rioja. 

El óleo sobre tela de la Catedral de Guadalajara sufrió daños por un feligrés que el lunes 24 de febrero de 2020 a las 7:54 horas le lanzó proyectiles.

Pedradas a la virgen por no cumplirle

De acuerdo con un video de vigilancia, la mañana del lunes, Apolinar Alfaro Cruz, de 38 años, lanzó dos piedras al cuadro de la Virgen de Guadalupe, ubicado en un altar en el costado norte de la nave principal de la Catedral.

El dictamen pericial del INAH Jalisco —obtenido a través de la solicitud de información número 330018323000188 en la Plataforma Nacional de Transparencia— detalla los daños: una rotura en manos de 30 cm de alto por 14 de ancho, y otra en la espinilla de 46 cm de alto por 6 de ancho. Además, la pérdida del cristal de protección de un espesor de 5 mm, y golpes, desprendimientos y daño menor en las molduras del marco.

De acuerdo con el documento, redactado por la restauradora-perito, Wendy Silva Beltrán, se presentó a la Catedral por instrucción de la directora del Centro INAH Jalisco, Alicia García Vázquez, para atender el asunto registrado con el oficio número 401.3S.17-2020/0248 del 25 de febrero de 2020.

En el lugar la atendieron José de Jesús Rubio González, empleado de la Catedral, y Rogelio Salazar, perito de la Fiscalía General de la República, quienes le mostraron el vídeo y la obra dañada en resguardo.

El 26 de febrero, el Coordinador de la Comisión de Arte Sacro de la Arquidiócesis, Eduardo Gómez Becerra, anunció el desistimiento de la denuncia federal contra el responsable porque el hombre «no estaba en sus facultades mentales», según declaró a medios de comunicación, y remató que la Iglesia asumiría la restauración porque el agresor no tenía los recursos para pagarla.

Una licencia de restauración

El Centro INAH informó a la Iglesia que era necesario contar con una licencia y la restauración debía ejecutarla una persona con licenciatura, cédula profesional y presentar un proyecto con los requerimientos del trámite INAH 06-001

Así, la licenciada en restauración Monserrat González Guzmán ingresó la documentación en las oficinas del Centro INAH Jalisco con cédula profesional PEJ313420 y un proyecto para la restauración del cuadro por lo cual se expidió la licencia de restauración, con vigencia de un año, bajo el expediente SR-090-2020, con número de licencia 04-2020 y con fecha del 28 de abril de 2020.

Una restauración clandestina 

Un año y un mes y medio después, el 15 de junio de 2021, la perito-restauradora Silva Beltrán agendó una cita con el coordinador de la Comisión Arquidiocesana de Arte Sacro,  Eduardo Gómez, para el 16 de junio de 2021, pero éste lo derivó con Jesús Rubio quien le daría acceso al cuadro y, al no encontrarlo inspeccionó por la obra.

“Me encontré con el cuadro colocado en su nicho correspondiente y también me di cuenta que había sido modificado de manera clandestina, y sin notificación al INAH”, describe en el dictamen.

Entre las modificaciones al cuadro que avistó a la distancia fue la aplicación de materiales desconocidos para atenuar las roturas; repintes que se sobreponen a zonas sanas del original; la remoción de marco interior ovalado; remoción de la corona dorada que formaba parte del conjunto en concordancia con su marco, y la aplicación de pastas y sustancias desconocidas al marco que invaden zonas del original.

Alteraciones relevantes de la Virgen de Guadalupe

El cuadro sufrió alteraciones relevantes que causaron detrimento en la estética y la materialidad del bien cultural, acotó en el documento, sin información sobre el momento de las alteraciones y personas responsables e implicadas en dichas acciones.

“Sin una metodología profesional, dejando acabados deficientes y sin autorización del INAH”, señala el documento 

“El estado de conservación actual que guarda el cuadro de caballete de la Virgen de Guadalupe de Catedral de Guadalajara es considerado como siniestrado, debido a que las afectaciones derivadas del siniestro y de las posteriores alteraciones realizadas”, se afirma.

Los deterioros se describieron como el ocasionado por el paso del tiempo, por el daño ocurrido el 24 de enero de 2020 y las alteraciones detectadas durante la inspección del 16 de junio de 2021.

Rotura inferior con luz rasante 
Ausencia de técnica en restauración

Para revertir las alteraciones se propuso un análisis para el conocimiento de los materiales, sus particularidades y comportamiento a través de una licencia de restauración y un avalúo de daños que ascendió a 197 mil pesos para una restauración del daño ante el desconocimiento de los materiales y los criterios; el responsable y el ejecutor de la intervención, y el papel que jugó la restauradora Monserrat González Guzmán como responsable de obra.

“Se hace evidente la ausencia de técnica de restauración para pintura de caballete alguna que se encuentre aprobada por la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH”, se detalla en el documento fechado el 12 de julio de 2022.

Sobre los trabajos de restauración del lienzo de la Virgen de Guadalupe, el coordinador de Arte Sacro de la Arquidiócesis, Eduardo Gómez Becerra, a través de su equipo de comunicación social, afirmó que los restauradores Ricardo Cruzaley y Eduardo Rodríguez tramitaron una licencia ante el INAH y ejecutaron los trabajos, aunque no respondió sobre el número de la licencia y la fecha de vigencia.

Nueva restauración, nueva licencia

El 26 de julio de 2022, el INAH expidió la licencia 06-22 RSB con No. de expediente SIT: 3560-22 VU: SR-113-2022 para la restauración Cuadro de Caballete de la Virgen De Guadalupe al licenciado en restauración en bienes muebles, Eduardo Padilla Casillas, quien se identificó con la cédula profesional No. 11822241 y asumió la responsabilidad de la ejecución de los trabajos. 

Tras la restauración del lienzo de la Virgen de Guadalupe, en el informe fechado en enero de 2023, el restaurador Padilla Casillas documentó los procedimientos en el informe fechado en enero de 2023 para revertir los daños de la obra ocasionados por un siniestro en el 2020 y por la intervención inadecuada tras el primer atentado. 

Intervenciones inadecuadas
Resistol blanco, plancha y resanador de madera

En el primer acercamiento al lienzo, el restaurador procedió con la limpieza, pese a una limpieza previa de la primera restauración, pues tenían heces de insectos en la superficie.

En la parte posterior, advirtió la aplicación de dos parches “más o menos de formas redondeadas e irregulares con bordes” en la parte posterior de la tela que, pese a su  aplicaron con bordes limpios, cubrían mucho más que las dos roturas. 

Parches en la parte posterior del cuadro

El textil empleado se describió como de un “ligamento de tafetán”, acaso manta de algodón, más grueso que del soporte textil original, y pegado con un adhesivo transparente que volvió rígida la superficie y ensució el área circundante. 

“La naturaleza del adhesivo empleado reclama que es necesario su remoción para evitar daños futuros al textil original debido a la acidez del Resistol blanco”, se explica en el informe de restauración. 

Por otro lado, valoró que tanto la adhesión y la aplicación del parche fue deficiente pues se formaron pequeñas arrugas y partes que no se adhirieron al soporte textil. 

“El parche y el adhesivo se aplicó (sic) en una zona tan amplia, su remoción podría amplificar el daño y, por lo mismo, son zonas a tratar mucho más grandes que el daño inicial”, se advierte. 

Eliminación de los parches

En la eliminación de los parches, se advirtió que a las zonas afectadas se les aplicó una capa de pegamento blanco, al parecer diluido en agua, que alcanzó a impregnar en algunas zonas de los alrededores de las roturas, y una adhesión final con parafina y plancha comercial. 

“La adhesión final fue por medio de parafina que se derritió por medio de plancha comercial a temperatura tan alta que ocasionó burbujas en la capa pictórica. Al momento en que fueron eliminados los parches se pudieron observar las huellas en “V” dejadas por la plancha”.

La parafina alcanzó a impregnar algunas zonas del textil, al mismo tiempo se impregnaron los bordes de las roturas. En algún momento del proceso se uso presión generalizada. La rotura quedó unida de manera desigual, ya que en algunas partes quedaron los extremos traslapados y en otras partes los extremos quedaron arrugados.

En la superficie pictórica, se advirtió el resane de las roturas y aplicación de retoques con pasta comercial para resanar madera.

“La pasta que se eliminó era pasta comercial color rojo para resanar madera y llegaba directamente hasta el parche, lo anterior indica que no se colocaron injertos”.

Restauración final

Se especificó que la pasta de resane de la intervención cubría e invadía amplias zonas de capa pictórica original, sobre todo en los bordes y las áreas donde los vidrios quebrados dañaron la capa pictórica.

Para resanar, el restaurador empleó una pasta de carbonato de calcio para resanar la capa de pintura perdida, se injertaron las roturas con el soporte textil original en un proceso definido “de alta costura y de mucha precisión” con parches de lino crudo pegados con película adhesiva especial; posteriormente se reintegró el color y se instaló la marialuisa desvinculada desde el atentado.

El Artículo 52 de la Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos especifica que toda persona que “dañe o destruya un monumento arqueológico, artístico o histórico, se le impondrá de uno a diez años y multa hasta por el valor del daño causado”.

Se hizo contacto con el Área de Comunicación social del lNAH-Jalisco sobre las acciones legales contra quien causó los daños —persona o personas restauradoras y la persona encargada de una licencia, restauradora Monserrat González Guzmán—.

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