Escribo porque existo: Amor interespecie

por Lina Ramoshace 2 meses

Por: Lina Ramos. Imagen: Especial. Fecha: 5 de agosto, 2024

Mi gato Ramsés cumplió 9 años en mayo de este año. Próximamente tendrá que comer croquetas para adulto mayor porque ya no le interesa cazar cucarachas como antes y en general lo veo con una actitud más contemplativa, aunque siempre ha tenido una personalidad más relajada que inquieta.

Ramsés y yo tenemos un vínculo especial. Él ha sido el único mamífero que he tenido como mascota. Antes tuve algunos peces y he rescatado pájaros e insectos en apuros, los cuales tienen un lugar especial en mi corazón, en especial mi primer pez Espiter al que tuve tres años y tenía su acuario lleno de plantas y un barquito.

Pero tener un compañero mamífero es distinto porque aprendemos a comunicarnos más profundamente y el factor emocional de su parte es evidente.

Ramsés es la relación interespecie más profunda que he construído.

Mucho se habla de la desmitificación del comportamiento de los gatos: la gente suele creer que son siempre agresivos y rechazan el afecto.

La realidad es que si existen gatos así, pero ellos normalmente viven en estado salvaje, al igual que los perros, a muchos de los que viven en la calle no les gusta el contacto con los humanos.

Escribo porque existo: Amor interespecie

También se dice que los gatos son inquietos, curiosos, juguetones y la verdad es que Ramsés también rompe con ese patrón.

Desde que tenía 3 o 5 meses que fue cuando lo adopté, rara vez se interesó en el juego; hace mucho que dejé de comprarle juguetes porque me di cuenta que su objeto de entretenimiento favorito son las bolsas de plástico.

Aunque él ha soportado con el paso de los años el que lo cargue, no lo prefiere, pero sí que le gusta estar acompañado por mi; en este momento que escribo esto el se encuentra acostado a un lado de mí en mi cama lamiéndose.

De las curiosidades de él que me parecen más simpáticas es que es verdaderamente importante que lo acompañemos a comer, aunque a veces cuando insiste demasiado significa que solo quiere compañía y si
voy a estar en mi escritorio lo traigo conmigo y enseguida se duerme.

Aprender a amar

Al inicio de nuestra relación me resultaba muy complicado aceptar sus límites y recibí algunos arañazos y mordidas en consecuencia. Realmente me molestaba que rechazara mis caricias.

¿Por qué no quieres recibir mi amor si yo que tanto te quiero y tú lo rechazas? pensaba yo.

Y nos quedábamos un buen rato mirándonos a los ojos, yo con rencor y él imponiéndose o también con indiferencia, pero después de un rato alguno desviaba la mirada, yo normalmente lo hacía porque me intimidaba.

Después de algunos años entendí algunas cosas que no solo tienen que ver con los gatos: aprendí que el hecho de que yo quiera demostrar mi cariño de cierta forma no significa que la otra persona esté obligada a recibirlo.

Incluso ella puede quererme de vuelta y rechazarlo porque prefiere otras
expresiones de amor.

De Ramsés he aprendido a honrar el que alguien disfrute de mi compañía sin decir nada, sin tocarnos, solo estando.

He aprendido la importancia de observar las sutilezas del comportamiento para poder cuidar de ese otro a alguien que quiero y poder atender sus necesidades, no porque tenga qué, sino porque quiero hacerlo.

Sin forzar

Porque no todas las personas que quiera van a poder expresarme verbalmente lo que necesitan y no siempre es necesario, el cuerpo también habla y si yo deseo cuidar de alguien considero que es un acto
de cuidado observar y regular mi comportamiento en consecuencia, al igual que ellas lo tendrían que hacer conmigo, y Ramsés lo hace.

Él se resigna cuando estoy ocupada y no puedo acompañarlo a comer o cuando no lo dejo salir porque no le abro el jardín porque está lloviendo.

Se que muy probablemente Ramsés ya vivió la mayor parte de su vida y me impresiona lo rápido que ha pasado el tiempo a su lado y cuantas épocas ha vivido conmigo y espero poder darle la vida que se merece el tiempo que le quede de vida.

Si te gustó Escribo porque existo: Amor interespecie, puedes leer la anterior entrega la lees aquí >> Fracaso personal

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