Escribo porque existo: Fracaso personal

por Lina Ramoshace 3 meses

Por: Lina Ramos. Imagen: Especial. Fecha: 24 de junio, 2024

Cada mes hacemos una supervisión de casos en Psicólogas Feministas, la colectiva a la que pertenezco.

La dinámica consiste en que una voluntaria prepara su caso en una presentación de power point y dos de nosotras la leemos con anticipación, para recomendar lecturas que nos preparen para mostrarnos críticas frente al caso.

Yo fui una de ellas y compartí una lectura que había revisado una vez hace tres años aproximadamente, pero la releí y además de darme cuenta que no había entendido casi nada la primera vez, me generó una nueva perspectiva útil y sanadora que la quiero compartir aquí.

La lectura habla de como en la sociedad moderna ha acelerado la sensación de fracaso, pero no habla de cometer errores típicos como olvidos o tropiezos, habla literalmente “ser” un fracaso desde la creencia: el propio yo está mal.

En este punto hice una pausa y fui consciente de lo común que es esto en mi vida: me pasa cuando no trabajo tanto como dije que lo haría, cuando una relación no tiene los resultados esperados, cuando tengo una emoción que no se manejar y me duele la cabeza y le cuento a mis amigas como me siento al punto de sentir que las enfado.

¿Porqué sucede esto? La respuesta es simple y compleja a la vez: la manera en la que el sistema político controla a la gente al día de hoy, ya no es por medio de una evidente dictadura en la que una persona te castiga directamente si desobedeces.

Al día de hoy por medio de las redes sociales recibimos una ráfaga de mensajes que pretenden mostrarnos cómo se es exitosa y feliz.

Autoexigencia y autoexplotación

¿Cómo? básicamente apegándonos a los estándares de belleza tradicionales eurocentristas y mercantilizando todas las posibles áreas de la vida, siempre en constante actualización y autodescubrimiento

¿Esto te hace sentido con las presiones que sientes?

La sensación de fracaso personal es proporcional al fracaso de estos mandatos impuestos entre nosotrxs y se muestran de una forma aparentemente natural, espontánea, por lo que creemos que el problema está en nuestra propia existencia.

Pero si somos conscientes de esta estrategia y modificamos nuestro punto de vista, podríamos darnos cuenta del alto nivel de exigencia que no es compatible con la vida porque las personas desarrollamos diferentes modos de ser por nuestras propias experiencias, no por lo que nos digan lo que “tiene que ser”.

Michael White, uno de los principales autores de la terapia narrativa y autor del texto que inspira esta columna, propone un modelo conversacional que ayuda a mitigar la sensación de fracaso personal,

¿Cómo? básicamente centrándonos en el poder que ya existe dentro de nosotrxs, dándonos cuenta del impacto que ha tenido en áreas poco reconocidas por nuestro entorno.

Revisar el fracaso

Volviendo a lo de sentirme un fracaso cuando una relación no tiene los resultados que espero, primero detecto que espero ciertos resultados y estamos hablando de expectativas que se imponen a mi modelo relacional.

También, cómo eso no me ha permitido reconocer las relaciones que sí han salido bien, no porque cumplan las expectativas externas, sino porque he podido usar mis habilidades intrínsecas y he tenido dominio de la situación.

A lo mejor todavía estoy aprendiendo a lidiar con el enojo tanto mío como de lxs demás, pero también es cierto que soy divertida, propongo planes interesantes a mis amigxs, me preocupo por una buena calidad de vida… todo esto me convierte en una persona que puede generar lazos afectivos, por lo que valerme de ellos podría incluso ayudarme a resolver mis carencias a la hora de relacionarme.

Encontrar respuestas

¿Cómo se hace eso? Lo abordaré en mi próximo texto.

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Mi anterior artículo de Escribo porque existo: Por favor escribe sigue disponible.

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