Cosmovisión, sincronía y sincretismo en el amor a nuestros muertos
Por: Antonio Arias Oaxaca. Foto: Lagos Post. Fecha: 20 Noviembre, 2023
«No me llores, no, porque si lloras yo peno, en cambio si tú me cantas, yo siempre vivo y nunca muero» – Andrés Henestrosa
La muerte como parte de un proceso social
Ante la partida de un ser querido y amado, existe una especie de transmutación de sentimientos, emociones y procesos difíciles de enfrentar.
La muerte es parte de un proceso social, que está acompañado de diferentes rituales, ceremonias y acontecimientos, que nos ayudan a asimilar el desprendimiento y la separación de nuestros difuntos.
¿Morimos cuando perdemos el movimiento?, ¿La muerte ocurre cuándo dejamos de reflejarnos en el espejo? ¿Qué ocurre con la memoria de nuestros amados difuntos?
Para responder a estas preguntas, me parece importante resaltar los elementos del duelo y la memoria. Estos son intrínsecos de las diferentes etapas en la muerte.
Cuando una persona muere, la memoria individual se desvanece junto con sus restos físicos, sin embargo, quienes permanecemos tenemos una tarea de abrazar la memoria de nuestro difunto, como un estado etéreo y místico.
¿Cómo conservar la memoria intangible de nuestros difuntos?
Ante la perdida de un ser querido, ¿Cómo podemos recordar y conservar la voz y la sonrisa de nuestros seres queridos? Podemos interiorizarla e intentar generar una especia de archivo decodificado en el cerebro y en el corazón, dentro de una bóveda que responde principalmente a nuestras emociones.
La memoria prevalece como una herencia que sobrevive como un deseo individual trasladado hacia otros, como un ejercicio de la colectividad, bajo las ideas y los aprendizajes, desde el afecto que sentimos y compartimos con los nuestros.
En la actualidad, a través de distintos elementos tecnológicos, podemos tener un registro audiovisual de nuestros seres queridos. Sin embargo, cuando se pierden, se dañan o no se tienen registros, podrían desdibujarse los recuerdos como la voz, el carácter, la alegría, etcétera.
La memoria como vínculo social y emocional reserva lo más valioso de nuestros seres queridos, no existe bien material que pueda sustituirles ni compensar su ausencia.
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Gracias a este vínculo, podemos percibir que no se han ido del todo y que de alguna forma nos acompañan.
Cosmovisión, sincronía y sincretismo en el amor a nuestros muertos
Para nuestros ancestros, la muerte no significa la terminación de la vida, sino más bien es una especie de transición hacia otro ciclo de vida.
En época prehispánica era bastante común que, a los antiguos pobladores, les embalsamarán y depositarán sus restos fúnebres, al lado de elementos como vasijas, conchas, estrellas de mar, perros Xoloitzcuintles, joyería, etcétera.
Por otro lado como parte de las festividades religiosas entorno al Día de muertos, también existe la celebración del todos los santos el 1 de Noviembre.
Dentro del cristianismo y catolicismo, existen distintos rituales y ceremonias llevabas a cabo para despedir a los fieles difuntos y acompañarlos en su camino hacia la eternidad.
Origen y tradición
Me parece importante resaltar que la cosmovisión mexicana entorno a la muerte, se nutre desde hace muchos años, desde distintas costumbres, elementos y tradiciones populares que son parte de una sincronía histórica y resultado de un sincretismo cultural profundo, que recupera nuestras raíces más primigenias.
La influencia de todos estos elementos que han transitado desde tiempos prehispánicos, así como durante el mestizaje, la apropiación del cristianismo y otros cultos religiosos, los usos y costumbres populares, permiten que, hasta nuestra actualidad, que sean visibles en muchos hogares, espacios de convivencia, plazas públicas, negocios y comercios.
Es decir que, al celebrar a través de todos estos elementos, no solo honramos a nuestros difuntos más cercanos, sino también es una forma de conectarnos con los ancestros que dieron origen a nuestro país y sociedad.
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Antonio Arias Oaxaca
Licenciado en Gestión Cultural egresado de la Universidad de Guadalajara,
tres años de experiencia en conducción y producción de programas de radio
cultural. Siete años de experiencia y trabajo como Gestor cultural
independiente, brindando asesorías a grupos artísticos, llevando a cabo
investigaciones y proyectos de intervención sociocultural, documentación e
investigación histórica, gestión y planeación de recursos. Creador y tallerista
de proyectos enfocados en la inclusión social, melómano, promotor cultural
y autor de investigaciones.
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