Hikuri a demanda: ser vivo en subordinación y tensiones

Hikuri a demanda: ser vivo en subordinación y tensiones

Por: Jade Ramírez, Adrián Montiel, Bianca América y Paujarito. Foto: INPI. 14 agosto, 2023

Hikuri payeniere yuheiwerie hetsienamieme memuyukwit+wek+

En medio del conflicto de potencias, de las humanas contra las naturales y espirituales entre pueblos originarios y mestizos sobre el uso de una cactácea con componentes psicoactivos, se abre un marco propicio para desfavorecer a la planta convertida en droga.

La omisión y no protección gubernamental, el saqueo cultural y la comercialización global de unos de los pilares de la cultura wixarika, dañan un ecosistema importante en la Sierra Madre Oriental y el Altiplano mexicano.

“Desde que me acuerdo he vivido muchas ceremonias pero el recuerdo más viejo que tengo, era muy niña: iban llegando los peregrinos y mi papá masticó algo, lo escupió en el centro de mi cabeza, pensé que era hikuri pero era otra raíz sagrada porque traen muchas raíces, era para fortalecer mi energía; en ese momento me dieron un pedazo bendecido, me lo tenía que comer, recibir, que entrara al cuerpo. Lo que hacen algunas niñas es esconderlo y yo me lo comí”, es como trae al tiempo de ahora Paulita, una defensora del territorio wixárika donde se vive la amenaza de quedarse sin el elemento crucial de su cultura, el hikuri, la primera vez que lo recibió.

Wa+kawa teteayexeiya meripait+pai pa+ netikueriwat+ nemuyeika, karik+ meripait+ akuxi ne nunutsikaitsie ya nera´eriwa ta kie meya´ax+akak+ k+kamete, kwit+wa ne yeu tixa+ tiutakei m+k+k+ta nemu´utsie hix+apa kaneneuti´ip+tsa, hikuri ne ne´eriekai, meta nana p+ta h+k+kai waniu aix+ nereueriekak+ ya netsiuyuri ne yeu; manata ne tsiere netiyatuiriyarie chipeme, nemitakwanik+ tsiere nemutitanakek+. X+ka hikuri peútuit+arieni hipat+ t+ri mepi´awiwieta ne paunekwa´+y+ p+ta nepitakwai”, Pa+ tiyukuxata Paulita kehapa+ m+y+ mat+ari hikuri mu takwaitsie nunutsiyari.  

Sonreír entre suspiros es lo que le pasa a la maestra de primaria Paulita Carrillo Carrillo, cuando habla de esa plata. Es originaria de San Andrés Cohamiata en el municipio de Mezquitic, México. 

Ha sido profesora 16 años y está titulada con Maestría en Construcción del Conocimiento en una universidad a cargo de los jesuitas. Ahora también es funcionaria.

Es tesorera de los Bienes Comunales en San Andrés Cohamiata, comunidad wixárika en Jalisco, México. 

Es “líder entre los líderes” dice, siente cómo la cuidan los marakaates, sabios wixaritari cuyo pilar cosmogónico es la flor de cinco colores, el hikuri. 

Sobre su nueva encomienda entiende “no es solo cuidar los dineros de la comunidad sino los recursos naturales, la gente”.

Fue clave hablar con ella para este reportaje para dimensionar el conflicto socio-ambiental pues su gran maestro, un ser vivo protegido por normas mexicanas y leyes hasta prohibir su uso, es consumido por adeptos al peyotismo como una droga de alto impacto.

La alucinación que experimentan teiwarixi -mestizos en wixárika-, ha sido plenamente documentada en artículos publicados en ciencias sociales, así como instantáneas en redes sociales.

Pero nada iguala cuando kauyumari -venado azul- habla a los peregrinos tras varias horas de ceremonia hasta encontrar el sitio sagrado, el hikuri y comerlo.

Respeto al hikuri es respeto a una misma

Paulita Carrillo Carrillo es parte de una familia con una importante potencia, a nivel comunidad es reconocido ese linaje de peregrinos, marakaates y jicareras.

Su hermana Marcelina, la mayor de cinco, vive dedicada a preparar las ceremonias, entrar en trance y hablar con el dios. 

“Hablamos mucho del hikuri mi hermana y yo, pero le tenemos mucho respeto y a ella no le gusta profundizar”, me aclara. 

Incluso dice Paulita que Marcelina habla una lengua que muchos ni entienden, cree viven estresados por todo lo que sueñan jicareras y marakaates y debe cumplirse.

El recuerdo más viejo lo conserva con claridad, dice que el hikuri le ayuda a decidir bien.

“Primero me lo comí con un poquito de miedo porque había escuchado que unos veían víboras, pero fue muy sagrado, no vi nada de eso, solo me fortaleció en mi intuición”.

Paulita Carrillo Carrillo, tesorera wixaritari en San Andrés Cohamiata
Foto: Plaza del tupika, San Andrés Cohamiata. Autor: Ramón Jiménez, 1978. DR. Fototeca Nacho López, INPI.

Al hablar lo que enfrentan se desespera, pues los no wixaritari y algunos de ellos, toman el hikuri en Wirikuta sin rituales de por medio.

Tenemos templos o centros ceremoniales, en el camino se van confesando, lo saludan, le piden permiso para agarrarlo y cuando se vienen ya se despiden…y al saber que no lo hacen de esa manera, si da mucha tristeza porque para nosotros es un elemento de la naturaleza respetado”.

Paulita Carrillo
Despojo físico y simbólico

Se trata del territorial, por las 10 mil 500 hectáreas que les han invadido y bajo litigio en 17 juicios agrarios.

Llevan 50 años peleando y hasta ha cobrado vidas de defensores del territorio.

También el despojo cultural a causa de la extracción ilegal del hikuri nombrado en wixárika, peyote es el término mestizado que proviene del náhuatl.

En todo el mundo resonó ¡Salvemos Wirikuta! una campaña magnanima contra la explotación minera en 142 hectáreas en San Luis Potosí, México.

La multinacional First Majestic Silver Corp -canadiense-, tiene 72 concesiones mineras entre 55 sitios sagrados de pueblos originarios en Durango, Nayarit, Jalisco y Zacatecas.

La subsidaria Minera Real Bonanza, posee 35 concesiones en la reserva natural, reconocida desde 1994 y la mitad son sitios sagrados. 

Cada comunidad tiene un territorio que les corresponde para peregrinar, dotarse de hikuri y hacer su práctica ceremonial. 

Antropoceno, la era del despojo

Los wixarika no nada más van por hikuri, también por el agrito que es el uxa y por el agua sagrada de los manantiales de Wirikuta, describe Fernando Olvera Galarza quien es antropólogo.

Lleva 13 años haciendo etnografía de grupos del Gran Nayar: wixaritari, tepehuanos, coras. 

Los manantiales a los que se refiere Fernando Olvera Galarza son endorreicos, no reciben agua de mar nunca. 

Se ganó la confianza de las comunidades al crear un sistema de vigilancia con casetas de monitoreo para la presencia de mestizos buscando la cactácea.

Lo comenzó a hacer trabajando para el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas y reconoce que de joven comió peyote por la aventura, como todos.

Su primera propuesta para entender el nivel de riesgo por el consumo humano de toda esa biodiversidad, fue un estudio etnobotánico de la zona.

El uxa por ejemplo, los wixaritari lo usan como raíz para sacar tintura natural y marcar el rostro de quienes peregrinan.

“Hay que ver todo como un sistema, si proteges a uno descuidas a otros, es un sistema donde en cada lugar sagrado dentro de la ruta de peregrinación a Wirikuta hay estos lugares naturales donde en unos hay hikuri y en otros no, pero en otros hay flora que recolectan los wixárika y el agua está en una cierta armonía medio funcionando. En esos manantiales ven agua sagrada, agua curativa, unos dicen ‘ahí veo a nuestra madre’, otra comunidad dice que ‘ahí se aparece la virgen de Guadalupe’. Es otra forma de interpretar el conocimiento, pero todo nos lleva a una constante de que esa es un agua sagrada para pueblos muy antiguos que han venido por ella” 

Fernando Olvera Galarza, antropólogo integrante de Hablemos de Hikuri

Dice que en todo caso la planta nombrada hikuri, le pertenece por orden de aparición a los guachichiles y tecuexes quienes cobraban tributo a wixárika y caxcanes por transitar.

En 2011 se creó el Consejo Regional Wixárika, reducto por donde todas las voluntades nativas y no indígenas se volcaron a la protección de Wirikuta.

Se hizo visible la opresión hacia los pueblos nativos por la liga gobierno-ejidos-empresario-ganaderos invadiendo su territorio. 

En medio del movimiento, conciertos de rock, libros, captación de firmas, show, demandas legales, foros académicos, la psicodelia fuera de ceremonias religiosas y un turismo explorador del altiplano adepto “a la loquera”, se desbordó acelerando el saqueo de la planta convertida llanamente en droga.

Hipat+ wa+kawa teiwarixi me mu´uwa, kename xapate meuuhuriet+ meutihipat+ me utinuawa+, waniu kename wiruta me wa+ritsit+at+ yamey+a yak+ xeik+a waniu hipat+ mekaniutiyuaneni matsi puta waniu naime mepuyat+xime me´ituat+ tsiere mei nanaimat+ pep+y+a
Drogas en la esquina, hikuri a kilómetros

Maiwetsika hurawa puyeika, hikuri ta tewa pait+ pa+titei. El acceso a cualquier sustancia psicoactiva natural o sintética, por muy normalizado el consumo, implica dónde, a quién y cómo se compra una droga.

En México está penada la siembra, cultivo y cosecha de hikuri según el Artículo 198 del Código Penal Federal.

La defensora del territorio decidió en 2017 crear la plataforma Hablemos de Hikuri, proyecto aprobado en asamblea para el estudio y defensa de la planta.

“Fue muy profundo cómo desde que salimos del pueblo se hablaba del hikuri como una deidad, un dios que te escucha en otro mundo y vas a encontrarte con él”, describre Lisbeth Bonilla nacida en Tateikie para direfenciar los viajes de turistas.

Es el entorno prohibicionista del Estado mexicano lo que complejiza la política que ha provocado puro terror y mucho consumo marginal.

Aunque el lema es “guerra contra las drogas”, comprar u obtener una droga es relativamente simple. No así cuando se trata de hikuri.

Así narrar la peregrinación que le dio la pauta para entender el nivel de saqueo de la planta.

Ella vio las complicaciones del cantor para encontrar dónde está el ser vivo, su destino.

“Para llegar a él hay una preparación muy anticipada y muy completa desde hacer las ofrendas, son ceremonias antes de partir y los sacrificios de ayuno, entonces me empecé a cuestionar porque se hace, no se come solo el hikuri y ya. El grupo se transformó en una sola energía, se sentía como si ya estuvieran consumiendo, una energía tan fuerte: se cantaba para él, se rezaba hacia él, todo el tiempo pidiendo permiso. Decían: queremos que te manifiestes, llegar a ti, todas estas ofrendas son para ti”

Lisbeth Bonilla, creadora de la plataforma Hablemos de hikuri

Wirikuta x+ka hauyani kwatiwaikari, mik+ts+ meripait+pai iyari aix+ peneukayeitsani, naime perakawimat+, titareuyuyah+wa, heiwa una pekakwat+, mana ke ya ney+anet+ nepeitima+t+ya kehapa+ yeiyari reukuhane, yak+ xek+a kwakwaiwa hikuri. Tek+kamete wa+kawa tema+y+akai, waat+ xeik+a xeime tetehak+ neremai kepaits+ aix+ pekatinakaeriet+yeim+k+ x+kari a huye peheweiya pariyatsie memuhuni yunait+ meutin+awat+, me yunenewiet+, wa+ritsika mewaut+, naime meteat+t+ wa+kawa reuyuyah+wa hikuri mukaxeiyak+

Lisbeth Bonilla.

Esa ocasión fue en 2017 y al tardar tanto en llegar al hikuri, Lisbeth quedó impactada. La hizo entender que como lo hacen los turistas sin sacrificios, es una forma de someter a la planta al mejor postor.

El hikuri sí está en amenaza de extinción pero no es por las ceremonias de los pueblos que ya se calendarizan, sino por el turismo de psicodelia.

Se pueden comprar fuera de peregrinaciones entre mil y tres mil dólares un viaje al desierto, según testimonios que prefirieron no revelar su identidad.

Después de que fuiste a Wirikuta sigue el cierre de ese viaje, no se cierra hasta que haces la danza del hikuri y todavía hay que ir a otros lugares sagrados como Xapa wiyemeta en el Lago de Chapala ( 50 kilómetros de Guadalajara, Jalisco) a cumplir bien.

Ya después llegan las lluvias y haz completado tu viaje.

El viaje entonces significa todo este camino de hacer las ofrendas, ayunar, ceremonias, rituales y visitar todos los lugares sagrados, es un viaje largo no nada más con el hikuri, sino un viaje al interior y geográfico.”

Lisbeth Bonilla de Hablemos de Hikuri.

Foto: Peregrinación de peyoteros. Lorenzo Armendáriz, 1993. D.R. Fototeca Nacho López, INPI.

Hikuri sometido entre tres dimensiones

La búsqueda de viajes que alteran la percepción corporal y mental en un trance, viene de comer pequeños trozos de peyote.

Esa decisión libre recoloca a un ser vivo -el cactus dios- en un simple objeto, pero incluso comprarse un viaje “sanador” es una contradicción.

Para los wixárika es todo al revés: llegar a la ceremonia es ir limpio, incluso admitiendo traiciones.

La tendencia comercial global del hikuri lleva a mirar la subordinación de la naturaleza ante los deseos y determinaciones de lo humano, sea cual sea su raíz.

El filósofo Iván David Ávila lo aborda en diversas publicaciones de biopolítica.

Para este reportaje nos referimos al libro La cuestión animalista de 2016: el especismo es más que una simple discriminación de una especie a otra.

Es “todo un orden tecno-bio-físico-social, un entramado histórico de relaciones como elemento fundamental la dicotomía jerárquica humano/animal” o como lo nombra simplemente: formas de vida.

En esa perspectiva entran otras especies vivas como el hikuri.

Yaxeik+a yunait+ mekwateyuk+h+awet+ka ik+ tsie mieme: Wixaritari wahepau+sta hikuri wa uaye, wanenewirika, wa tutuu , mexita teiwarixi pa+mepait+ka waniu kename hikure wa+kawa tiuyukananaima

La subjetividad de los wixaritari que le consideran un ser supremo, la mirada de los mestizos una droga y el mercado, un preciado objeto.

Mientras entran en diálogo esas dimensiones, la comercialización de la planta está descontrolada en la frontera norte.

Repaso de las tensiones

El trasiego de cactus y semillas a lo largo de mil 272 kilómetros de México donde está penalizado todo alrededor de esa planta.

La extracción del hikuri está ligada a empresas operando desde Tailandia a través de la página Preciosus Cactus, por ejemplo. Pero ese es el rastro visible.

Ya desde 1994 la Iglesia Nativa Americana tramitó la autorización para ser una agrupación religiosa reconocida en México.

Esa agrupación bien posicionada en Texas, basa ciento por ciento su existencia en el consumo de la planta o el peyotismo.

Con esos fines traza su liga desde México a Perú, a Texas, California, por mencionar los más visibles destinos.

Tan simple como tener un pay pal

El cinco de agosto hicimos una transacción que por dos ocasiones no pasó.

Eso se volvió una buena noticia porque nos permite establecer contacto por correo electrónico con la gerente.

Lleva semanas evadiendo nuestros mensajes privados con la petición de entrevista.

La responsable es Janya Norasan y vive en Bangkok, está a cargo del festín de peyotes por internet con débito, crédito, paypal o criptomonedas.

Hemos tratado de adquirir uno de los ejemplares de Lophophora Williamsii- San Luis Potosí que valen entre 800 y hasta 3 mil 500 pesos, desde la comodidad de una computadora.

Te advierten que debes descargar y conocer un formulario fitosanitario de la Administración de Control de Drogas (DEA) en Estados Unidos de Norteamérica.

Queremos probar qué es más fácil, si cometer un delito en San Luis Potosí o pagarlo en dos minutos.

Durante esta investigación nos damos cuenta que el número de la empresa, no corresponde a un marco jurídico en EEUU.

El negocio es integral pues tienen más de 150 artículos de los cuales la mayoría son semillas, cactus, accesorios, pesticidas.

En todo momento se deslindan de las penas los países, advirtiendo que cada comprador debe estar informado de un impedimento.

Planta blindada y bajo acoso

Este ser vivo está integrado en la carta de biodiversidad relativa a la Norma Oficial Mexicana 059, a cargo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). 

El link responsivo de la NOM-059

Ya desde el siglo XVI al hikuri se le catalogó como objeto satánico, nunca como ser vivo desde la mirada gubernamental.

El otro polo de tensión son los movimientos de mestizaje cultural adeptos al consumo del hikuri por las cualidades de la mescalina.

Viralizan en Facebook el turismo psicodélico porque “lo que el mundo necesita es peyotizarse”, dicen.

Integrantes de Pachamama Iglesia Nativa Americana se negaron a hablar con este equipo para desmentir o confirmar, todo lo que se dice de ellos.

Como suelen ser las corporaciones globales, se ven mil cabezas asomadas alrededor de la Iglesia Nativa Americana en México (INAM).

Resulta fácil entender el temor expresado por la geógrafa Diana Negrín cuando hablamos de esa iglesia, como si estuviéramos acercándonos a la mafia siciliana o una industria “Creo que es una palabra delicada porque hay muchos intereses, son muy visibles en sus redes para algunas cosas pero no para hablar o para defender son puntos exactamente”, concluye.

Ella conoce las tensiones al interior de las comunidades porque trabaja de cerca proyectos sustentables con algunas autoridades y voluntades individuales, más que con otras. 

Su padre Juan Negrín entre 1979 y 1984 fue nombrado en Tuapurie, Santa Catarina Cuexcomatitlán localidad de Mezquitic, como representante no wixárika de la comunidad.

Dio seguimiento al Plan Huicot del gobierno mexicano quien desde 1965 inició la asimilación cultural de los wixárika para crear proyectos de infraestructura y promover “su desarrollo”.

Precisamente Diana Negrín cuestiona el tipo de desarrollo cuando se refiere a las otras amenazas al hikuri y tienen que ver con industrias extractivas:

“(producción de) huevos y también una porcícola que operan precisamente en San Juan Vanegas y Catorce en San Luis Potosí, por ese territorio hay letreros que dicen oasis del altiplano, zona de protección de flora y fauna y sin embargo ves que construyen una segunda planta de operación avícola y hacen perforación de pozos profundos, están usando agua fósil, por lo que vemos un cambio hacia la precipitación de la sequía”

Diana Negrín, geógrafa y colaboradora de comunidades wixaritari
Población de cactácea monitoreada en Wirikuta
México trasiego, EEUU despenalización

En el Diario Oficial de Estados Unidos de Norteamérica, la unidad de administración y control de drogas emitió un comunicado el 28 de enero de 2021.

Fue para advertir que Indigenous Peyote Conservation Initiative solicitó ser registrado como importador de varias clases de sustancias controladas o peyote.

Tenían hasta marzo de 2021 para presentar documentación argumentativa y controles descritos en el título 21 del Código Federal de Regulación.

Y se restringen los objetivos para ingresar peyote: debe ser para atención médica legítima, fines científicos, de investigación e industriales pero sin acceso a farmacéuticas.

La agrupación promotora del ingreso de Lophophora williams a EEUU se ubica en Hebbronville, Texas.

Allí la historia marca que desde 1908 nativos en un comercio transfronterizo, cosechaban peyote en Chihuahua.

En 1980 el movimiento contracultural hippie se ligó a la Iglesia Nativa Americana y aquello se desbordó.

Del otro lado de la frontera no todo ha sido cooptación de botones de peyote, durante el prohibicionismo hubo quiénes querían erradicarlo como al alcohol.

En el artículo Con los peyoteros, publicado por El Observatorio de Texas se relatan quemas masivas de la planta.

Iglesia Nativa Americana, strike two

En 1994 fue la primera vez que se les negó la autorización para operar como iglesia en México.

Causa asombro lo difícil que es dar con su representación en el país, la abogada Cynthia Espínola quien llevó un amparo contra la Dirección General de Asociaciones Religiosas de la Subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación (SEGOB).

En 2015 le negaron el registro de asociación religiosa por describir en su solicitud el uso del peyote en sus ceremonias.

Apelaron hasta obtener una revisión de amparo, el identificado como 267/2016 en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

La mayoría de los ministros discutieron tecnisismos sobre las reglas a la iglesia y les concedieron el amparo con tres votos a favor de cinco.

Fueron la ministra Norma Piña y el ministro José Ramón Cossío quienes votaron en contra de darles la razón. 

Promovieron sostener la negativa a obtener la autorización como culto religioso en México, invocando por lo menos cuatro leyes y reglamentaciones:

  • *Artículo 245, fracción I, de la Ley General de Salud.
  • *Artículos 193, 194, fracción I, 195 bis, fracción II, y 420, fracciones IV y V, del Código Penal Federal.
  • *Artículos 7, fracción II, de la Ley de Asociaciones Religiosas y de Culto Público
  • *Artículos 8, fracción V, y 9, párrafo tercero, del Reglamento de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.

Oficialmente la Iglesia Nativa Americana en México no es una asociación religiosa autorizada.

No pudo comprobar en 2016 de dónde tomaría su base de culto si el candado está a favor de los pueblos Wixarika, Na’ayeri, O’dam y Meshikan.

Pintan como demonio a un ser vivo muy potente

La mescalina encontrada en el hikuri, es una sustancia de la familia de las fenetilaminas. 

Su estructura química dopa a quien lo come llevándole a un trance de hasta 16 horas, principalmente visionario si hablamos de lo que hace en los receptores de serotonina: corporalmente son alteraciones sobre lo que se escucha y ve, se deja de comprender el transcurso del espacio-tiempo.

La fuerza del Hikuri se siente en la piel y maraakates se adentran a estados de concentración e introspección profundos que no inician al comer un trozo de ese ser vivo, sino antes de la salida de su pueblo a las peregrinaciones que pueden durar hasta 12 horas caminando entre barrancos para encontrar el sitio sagrado.

No peregrinan solos, les acompañan en otras dimensiones las mujeres a la fogata y quienes caminan. Masticar el hikuri provoca en mestizos muy o poco familiarizados incluso autorizados por las comunidades wixritari para hacerlo, euforia, alegría o ansiedad.

El Estado mexicano se mantiene con una débil estrategia de protección del Área Natural Protegida la Reserva de la Biósfera Wirikutal.

Eso facilita se cometa el delito de siembra, consumo y exportación, pues al margen de la mescalina –componente psicoactivo-, hay un contexto de olvido o rezago interinstitucional a las culturas ligadas al hikuri; siendo autocríticas las personas consultadas para este reportaje, reconocen que esa situación de pobreza favorece el acceso a la planta de la mano de quienes conocen los 55 sitios sagrados.

Científicos a favor desclasificar lo psicoactivo

La antropóloga Nidia Olvera Hernández se ha especializado en el estudio histórico de los usos, concepciones y prohibiciones de las sustancias psicoactivas, al asistir a la Conferencia Psychedelic Science 2023, un evento enfocado en las propiedades medicinales de las sustancias psicoactivas celebrado en Denver, Colorado notó que este año el interés de los profesionales de diversas ramas, va en ahondar de manera holística sobre el potencial medicinal de las sustancias psicoactivas.

A nivel global hay instituciones y universidades que hacen estudios científicos bastante rigurosos sobre estas plantas para “desclasificar esas sustancias” y obtener la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos en EEUU (FDA), explicó.

A la Conferencia asistieron profesionales de políticas públicas, terapeutas, médicos, psiquiatras, antropólogos, historiadores y biólogos quienes coincidieron en la conservación del peyote.

“Pues les causa conflicto el uso de las plantas que consideran sagradas y ahora convertidas en píldoras. Es importante pensar en una regulación que busque, en primer lugar, la conservación ambiental y también la conservación de los usos y tradiciones de las poblaciones usuarias de estas plantas y que se pueda permitir la investigación científica porque tiene mucho potencial”

Nidia Olvera Hernández, antropóloga

¿En qué dimensión se está traficando a la frontera con EEUU el peyote? 

Los pachamama que estorban

A la par de la Iglesia Nativa Americana hay un movimiento de reapropiación cultural a favor de que todas las personas sin distinción de su origen, accedan a la sabiduría y cosmogonía de culturas milenarias. 

Taita Freddy Arévalo Yatiri Cohaila, se promueve como experto en Hades, runas, creencias nativas y conexión mística en el solsticio de primavera y verano, es un ejemplo de las voces a favor de la despenalización del consumo de las plantas para fines recreativos.

La metafísica occidental de los mestizos desprecia lo terrenal o mundano sobre lo sublime y espiritual, enaltece lo ideal o inteligible, pero a base de promover el consumo de la ayahuasca y peyote, seres vivos bajo la ecuación lo humano sobre lo natural.

Susana Valdez es un personaje que significa muchas tensiones al interior de las comunidades wixárika.

Dirige el Centro Cultural Huichol y, también a través de internet, comanda proyectos con altos recursos económicos dentro Santa Catarina Cuexcomatitlán, también en la localidad de Mezquitic, México. 

Ha sido repudiada públicamente por el Consejo Regional Wixárika por considerar una traición que esté a favor de la despenalización de la planta e incluso, los represente en diálogos con la Iglesia Nativa Americana: “Creéme que no tengo interés en el consumo masivo del hikuri, pero sí en la despenalización. ¿Por qué lo quieren solo para ellos?”, comentó durante la entrevista.

Se casó en dos ocasiones con hombres wixaritari y tuvo una hija. Eso la hace considerar tiene el derecho de promover abiertamente la cultura y hasta señala que hay personas de las propias comunidades “traicionando” los acuerdos de asamblea para comercializar todo del hikuri: “para los wixárika el hikuri es un teléfono una transmisión para mandar y recibir mensajes de los creadores o ancestros de la madre naturaleza”, describió.

Por si no fuera suficiente que existen estos personajes pujando y la INAM asechando, en las playas cercanas a un sitio sagrado, Haramara, ubicado en San Blas, Nayarit, se comercializa al turismo en la orilla del mar, pomadas de peyote.

Lo mismo pasa alrededor de la laguna de Santa María del Oro, también en Nayarit: por 300 pesos se venden ungüentos que los mismos wixárika venden.

No hay una certeza de que dicha pomada tenga efectos positivos a la salud, se sabe que la peyotina, no la mescalina, es lo que tiene el efecto analgésico, pero su preparación mezclada con mentol, no ayuda a discernir su potencia.

En Guadalajara, Real de Catorce, Zacatecas, en la sección de herbolaria de los mercados y tiendas naturistas de todo el país basicamente, se vende una variedad amplia de productos “milagro” a base de peyote que curan problemas reumáticos o dolores de espalda.

Para este reportaje la Fiscalía General de la República (FGR), la Fiscalía del Estado de San Luis Potosí y la Secretaría General de Gobierno de ese estado, junto a la Fiscalía del Estado de Jalisco, se negaron a responder preguntas y dar datos específicos sobre los operativos de protección y acciones tendientes en materia de seguridad pública relacionados al trasiego.

En Jalisco, según Alejandro Alejo, un químico de la Comisión para la Protección Contra los Riesgos Sanitarios de Jalisco (Coprisjal), se aplica la vigilancia regular en establecimientos donde se reporten o identifican productos con alguna acción terapéutica del peyote.  

“Si encontramos productos que tengan alguna acción terapéutica en su etiqueta o imágenes alusivas a que curan algún problema, el verificador tiene la indicación de asegurar el producto y, además de tomar una muestra de etiqueta para su dictamen y revisión” comentó, pero a nivel federal no consideran tales productos un riesgo sanitario.

Las drogas destruyen, única narrativa para proteger el hikuri

El gobierno federal y su plataforma política llamada Cuarta Transformación, presentó el Plan de Justicia Wixarika, Na’ayeri y O’dem el 10 de septiembre de 2022, con varios apartados que apuntan a la protección del peyote. El mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador deberá emitir un decreto presidencial antes de que termine su administración en 2024.

Entre las comunidades se cataloga el Plan de Justicia como una esperanza, aunque se ve con recelo el seguimiento a los acuerdos; la academia y expertos en el tema ponen en duda que tal decreto se emita antes de que el primer gobierno de izquierda en México termine.

Gustavo Torres de la Dirección de Patrimonio Cultural del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, dependencia del gobierno federal, declaró para este reportaje que están conscientes de los usos del hikuri son variados y muchos se tratan de un acercamiento “folcklorizante para vivir ciertas experiencias”

Dentro del Plan de Justicia Wixárika se está “dialogando para protegerlo” pero considera les falta mucho por hacer sobre todo porque hay una contradicción jurídica que se debe resolver desde una perspectiva cultural, explicó.

“Para el Estado mexicano representa una droga y una categoría de especies prohibidas porque tenemos un contexto de prohibición y una visión peyorativa de las drogas que le pone los pelos de punta a la gente. Hay una actitud punitiva en general como los hongos alucinógenos que permiten acceder a ciertos niveles de vinculación religioso con sus divinidades por lo que tenemos que hacer es un trabajo de sensibilización y trabajar en lo intercultural revisando las leyes y hacer las excepciones para que se entienda que son prácticas más allá de la creación del Estado mexicano y la colonización”

Gustavo Torres, funcionario de lnstituto Nacional de Pueblos Indígenas

La legislación internacional, considera el funcionario, como el Convenio Internacional 169 (OIT) adoptado en México desde 1989 y la Declaración de las Naciones Unidas sobre Pueblos Indígenas sobre el territorio y la tierra, cree que es el marco para establecer el libre uso de las plantas que les correspondan.

“Vamos a trabajar con las autoridades encargadas de la confiscación y persecución legal” declaró el funcionario federal.

Se publicará el decreto presidencial pero sin ello y sin fecha proteger las especies vivas incluido el peyote resulta una intención de papel.

¿La dimensión del problema no requiere un operativo interinstitucional también, unos pasos más que un decreto?

-Estamos trabajando además del decreto con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un catálogo de los lugares sagrados e inscribir la Ruta Wixárika en la lista del patrimonio mundial reconocido de la UNESCO.

Para los protectores de la planta “no se está haciendo nada”, a menos que dentro de la política de guerra contra las drogas la apuesta sea la extinción.

Germinar con temor y esperanza

En San Andrés Cohamiata no se esperaron a que el Plan de Justicia del gobierno federal se cumpla.

Ante la falta de un plan de manejo gubernamental para combatir la amenaza de extinción, están haciendo sus propios esfuerzos por reforestar

Es el manejo sustentable del hikuri, un piloto que implica la siembra fuera del polígono de Wirikuta para multiplicar la especie.

Se desconoce si nacerán nuevos ejemplares con la misma potencia cosmogónica para ellos, por no estar en el territorio sagrado a por lo menos 160 kilómetros de distancia.

Ik+ xatsika hikuritsiemieme wixaritari nenewierika tsiere parewiya meteyatuaya wa tutuu kanawarienenik+, tsiere kahauyawautseniki, eyumiene Tateikietari metein+atat+we hikuri etsiya tsie mieme yanenekameketari wirukuta me iyatsayuka.

Desde los estudios botánicos y con experiencia en el manejo forestal y la conservación de especies, el ingeniero agroecólogo Pedro Nájera Quezada se ha detenido a entender desde dónde es que el peyote está en riesgo y menciona “cuando hay muchas más personas aprovechando una especie silvestre y no están recuperándola, no están reforestándola, no están regresando nada, evidentemente están afectando a la población.”

“Empezamos a plantear la posibilidad de hacer un plan de manejo biocultural no comercial porque los planes de manejo, por ejemplo, para aprovechamiento de venado, pues son comerciales porque sabemos que hay un problema muy serio de saqueo y tráfico; solamente las personas que están autorizadas por estas culturas llámense wixarika, coras, tepehuanes o rarámuris pudieran aprovecharlo con una tasa de aprovechamiento”

Pedro Nájera, agroecólogo

Encontramos para este reportaje que solo el punto 4% de una planta se podrá aprovechar para fines ceremoniales pues de cada planta la mitad se logra reponer lo que es muy bajo para los estudiosos.

El Plan de Aprovechamiento Biocultural sin fines comerciales propone regresar la semilla al desierto y germinar algunas pocas.

En San Andrés Cohamiata hay pequeños invernaderos donde se pone en práctica este manejo biocultural.

Pedro Nájera lleva más de una década vaciando datos de estudio, pero enfatiza que incluso eso puede interpretarse como prohibido.

Explica cómo fue reeducar en asambleas a la única comunidad que les ha abierto las puertas:

Ellos han ido entendiendo el problema porque creían que el peyote salía porque el marakaate cantaba bien y no, la planta no es que esté ahí de facto, (explicamos) que si no está es porque no hay no porque el marakaate no cantó bien o hicimos algo mal en nuestro proceso cultural; es por algo físico no por algo metafísico y ahí era el grandísimo problema: la planta la estamos perdiendo en términos físicos y ellos queriendo que regrese la planta en términos subjetivos”

Pedro Nájera, integrante Hablemos de Hikuri

Les explicó que el hikuri, como un árbol, toma cierto tiempo en crecer “el que se comen en 10 gajos tiene 30 años o más”, apunta.

Actualmente ya están recolectando las semillas y guardándolas e, incluso, ya la han llevado de vuelta a Wirikuta.

“Les enseñamos a ubicar la semilla porque la echaban al fuego y a identificar los pelitos que para que los regresen al desierto”, comentó.

Estima según sus datos que de 10 semillas que se devuelvan al desierto, la mitad va a sobrevivir.

Aprender a cosechar hikuri

El Plan de Aprovechamiento Biocultural sin fines comerciales, solo se está poniendo en práctica con wixaritari dado que en Wirikuta no es habitado por ellos.

Los ejidos de Wirikuta lo usa como ungüento, ese aprovechamiento de la planta en alcohol no implica la destrucción.

Hace notar la diferencia de meses en uso a cuando se come y seis horas después se defeca.

Los datos documentados indican que hay 13 sitios donde no hubo extracción ni pérdida y 11 donde hubo crecimiento de peyote.

Se puede cortar midiendo tres dedos que es más de 5 cm de ancho pues ya está maduro, le dieron tiempo para que previamente se pudiera reproducir e intercambiar sus genes lo que es muy importante:

«No solamente estamos hablando de cuánto puedo cortar y cuánto, sino cuánto voy a afectar a la población natural sobre su combinación y su recambios de genes”, señala el agroecólogo.

La antropóloga Nidia Olvera comenta que se percató en la Conferencia Psychedelic Science 2023 cómo en otros países se cultiva el peyote de manera ornamental.

Precisamente este tipo de cultivo no produce la misma cantidad de mescalina y efectos alucinantes, puso de ejemplo que en EEUU y Canadá los nativos tienen jardines de peyote.

Anta+yepait+ tiuyahanet+katsie kam+ts+ri Tailandia reyetewakak+, hikuri peyatsarie wa+kawa, tsiere Estados Unidos mat+a Canada reyetewakaku muta waniu tsiere hipat+ hikuri mepauxeiyat+ka yu kita wa tutuu waniu peh+k+. 

La autocrítica y la memoria de cómo se vive una cultura milenaria, lleva Lisbeth Bonilla a marcar una pauta:

“No aferrarnos a lo que era antes sino irnos adaptando porque eso es cultura y en ese aspecto también en cómo eran las ceremonias y quizás pueden cambiar: no aferrarnos a lo que era antes, pero si regresar a lo esencial a lo que realmente es profundo, el amor, el equilibrio, el agradecimiento, al universo, a los dioses, el amor hacia la familia, a la cultura y cambiar cómo usamos el hikuri: antes existía mucha competencia quién podía comer más hikuri y no consumirlo tanto o no combinar hikuri con cerveza, ahora pasa eso”

Lisbeth Bonilla, plataforma Hablemos de Hikuri

Sostener la cultura que se aviva con un ser vivo de cara a las nuevas generaciones de wixaritari, es un reto multidimensional. 

Paulita Carrillo se preocupa porque “algunos culpan a la educación” pero hay familias que no han perdido fuerza y empiezan a integrar a los niños a las peregrinaciones.

Su preocupación también se enfoca en otro problema:

“Nos han llegado todo tipo de gente algunos vagabundeando, ya no hallan su identidad, ya ni saben quiénes son, no quieren ser teiwari porque quieren ser wixas pero no pueden serlo, se desviaron en sus vidas, andan con plumas pero no sé si realmente les funcione y hasta hacen los mismos movimientos pero los wixas no lo hacen por hacer es una conexión. Un señor que fue a peregrinar y no cumplió el viaje total, de febrero a junio y empezó a extraer hikuri fuera de la ceremonia enloqueció, estaba en el hospital. Los marakaate sí supieron qué le pasó y por qué terminó en el manicomio”

La cultura wixárika transita entre varias latitudes lo que la hace un grupo étnico complejo, politizado, en tensión constante con todos los tipos de gobernanza mestiza. 

Nada menos, con o sin decreto presidencial, México se integró al Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020, una acción global con varias medidas para la protección de la biodiversidad llanamente inclumplidas, si cotejamos los datos de la pérdida de la especie con las acciones legales que grupos de otros países pujan año con año para peyotizar el mundo.

Ahora escucha el paisaje sonoro bilingüe en español-wixárika El viaje del hikuri: el ser vivo, la droga y los pueblos que forma parte de esta investigación y beca.

**Este reportaje es resultado de la beca otorgada por el Fondo para Investigaciones y Nuevas Narrativas sobre Drogas gracias a la alianza Fundación Gabo y la Open Society Foundations, en su cuarta edición**

Coordinación del proyecto y reportería: Jade Ramírez

Investigación y datos: Adrián Montiel

Traducción wixárika: Bianca America Enriquez López (Tanima)

Traducción inglés: León Forte

Ilustraciones: Paujarito

Pampariyutsi por sus consejos a José Luis Pardo Veiras de Dromómanos y Alondra Barba

Foto de portada: Kanari y peyote para un ritual. San Blas, Nayarit, 2005. DR. Fototeca Nacho López, Instituto Nacional de Pueblos Indígenas.

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Soy radialista, periodista autodidacta y defensora de derechos humanos.

Autora de Radiografía de la música callejera en 2001, mi iniciación al paisaje sonoro. Gané la Bienal Internacional de Radio en tres ocasiones: radio-arte, radio indigenista y en mesa de debate. Premio Internacional de Periodismo Rey de España en 2008; finalista en 2007 y 2009 del Premio Fundación Nuevo Periodismo por radiorreportajes sobre violaciones a los derechos humanos atravesados por el eje cultura.

Becaria de la Fundación PRENDE en la universidad Ibero y becaria Connectas. Oficial de Libertad de Expresión en la Red de Periodistas de a Pie de 2015 a 2021.

Adrián Montiel
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Periodista de investigación.

Bianca America Enriquez López
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Soy una mujer orgullosamente wixarika, antirracista, anticlasista, materno a mi cría, además soy abogada intercultural, feminista comunitaria y defensora de los derechos humanos. Facilito talleres de género interseccional, traductora de la lengua wixarika al español; en el 2021 recibí el Premio Estatal de la Juventud en la categoría “cívica" y en el año 2022 recibí el reconocimiento a las mujeres más destacadas del estado de Jalisco por parte del Instituto Electoral de participación del Estado de Jalisco.

Paujarito
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Comunicadorx visual con orientación a proyectos de carácter social. Busco aportar desde mis haceres comunicativos a procesos que caminan para crear entornos más dignos para todxs.

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