Escribo porque existo: Espadas o Flores

por Lina Ramoshace 7 meses

_{Por: Lina Ramos. Imagen: Archivo. Fecha: 2 Octubre, 2023}

¿Has visto la serie Juego de Tronos? Hace unos días tuve una lesión en la garganta por lo que dejé de dar consultas y me dediqué a ver la televisión y maratonear.

Años antes intenté leer los libros y fracasé, me parecía una historia demasiado compleja, cruel, y la verdad es que al retomarla, entiendo porqué me pareció insoportable.

Sin ánimos de adelantar detalles si no la has visto, la trama habla sobre diferentes familias que se autoproclaman legítimos reyes; como solo puede haber uno, el hilo conductor de la historia es la guerra.

Juego de Tronos es distinta a la mayoría de las típicas series.

La mayoría tiene personajes principales y se da por hecho que llegarán al final, nunca se duda de si van a sobrevivir o no y esta historia es todo lo contrario. Los valores principales de la trama son la fuerza bruta, la astucia para engañar, quién tiene el poder del reino, quién somete mejor, aniquila.

Aprender «cómo es la vida»

No he visto la película de La Ley de Herodes de Luis Estrada, pero presiento que tiene mucho que ver, la única vez que alguien me la recomendó me dijo “tienes que verla para que aprendas como es la vida” y creo que esa es la justa razón por la que me he negado a verla.

Se ha hablado mucho de la ley del más fuerte, de cómo la capacidad de hacer daño es proporcional al daño real que se ejerce y cómo éste garantiza la supervivencia.

Me parece que estaría muy equivocada si negara tajantemente esta idea porque es cierto: a lo largo de la historia ha habido luchas por la supervivencia de ciertos sectores de la población, pero también es cierto que la violencia trae más violencia.

La violencia es pedagógica en sí misma, construye una forma de ver el mundo y de relacionarse en lo que se vuelve prácticamente inconcebible: la compasión, los cuidados y el cariño.

Entonces, a mi punto de vista, lo que comenzó siendo la supuesta promesa de salvación se convierte en el arma que condena a su mejor verdugo.

¿Se puede vivir por y para la violencia? Estoy segura que sí. Los ejércitos deshumanizan a propósito a sus soldados para que repliquen lo que les atraviesa el cuerpo. El padre al golpear a sus hij@s se convierte en policía que acalla a lo que alguna vez fue.

Colectividad como antídoto a la violencia

¿Qué le espera a una sociedad que vive por y para la violencia? La autoaniquilación, porque con la violencia desaparece toda posibilidad de ayuda.

¿Recibir ayuda es para débiles? Probablemente, pero hablando de lo que han visto mis ojos, la única que no necesita ayuda para sobrevivir es la naturaleza: el mar, el clima, las placas tectónicas.

Las empresas, por ejemplo, se sostienen con el trabajo de un grupo de personas, que no todas reciban lo justo es diferente, pero una sola persona no puede hacer lo que muchas hacen en conjunto.

¿Qué sería de mí sin mis compañeras de colectiva? Estaría haciendo sola el trabajo que todas logramos en conjunto: supervisión de casos, derivaciones, podcast, cursos; a mi la confianza me ha dado más de lo que me ha quitado.

Y si me ha quitado porque me han engañado, robado, se han aprovechado de mí, pero también me han cuidado, me han aconsejado, me han escuchado y me han presentado personas que buscan moverse de esta forma, despreciando lo más posible la violencia.

¿Qué sería de mí sin mis amigas, de las personas que acepto en mi vida y hacen que le crezcan flores de todos los tamaños y colores?

Así como existen personas que buscan morir matando, existen otras que creen en el gozo y se tiene que colocar en el centro de la existencia; sin respeto, admiración, paciencia y cuidados no hay gozo.

Ojo: violencia no es lo mismo que legítima defensa. La firmeza, el liderazgo, las decisiones difíciles no están fuera de la ecuación de una vida libre de violencia, sabemos que la violencia existe y tenemos que estar preparad@s para que no aniquile lo que vale la pena.

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