El Grullo, Jalisco. 19 de febrero de 2021. (Letra Fría) José Antonio es el más entusiasta de la fila, sonríe y posa a la cámara sin pudor como una estrella de cine acostumbrada a los reflectores. En uno de los movimientos que hace, Antonio muestra su ficha con el número 52, es el siguiente en la lista para ingresar a recibir la vacuna contra el COVID-19, está rodeado de al menos otros 50 adultos mayores de 60 años, en la clínica 80 del Instituto Mexicano del Seguro Social, con sede en El Grullo. Es miércoles por la mañana, el segundo día de la jornada de vacunación.
Tras varios disparos frente a él, le pido que sonría una vez más, aunque no lo ha dejado de hacer ni un segundo, se le nota en los ojos; decide darme la prueba de su expresión y se quita el cubrebocas un instante para mostrar los dientes, los labios agradecidos por vivir este momento y estar a nada de que a su cuerpo ingrese la dosis de segundas oportunidades, la vacuna creada en Reino Unido en los laboratorios de AstraZéneca que llegó a México para dar un respiro a la pandemia que ha dejado -al 17 de febrero- 177 mil 61 muertes en todo el país.
Antonio no dice si es padre, abuelo, hermano, tío o amigo de alguien, pero asegura que hay que cuidarse, por él y por todos. En agosto pasado la libró, le llegó el virus, pero está aquí y seguirá de pie mientras el antídoto permita a su cuerpo defenderse y quiere que otros también lo hagan así que pide a todos los adultos que como él, rebasan las seis décadas, vengan.
Por: Esther Armenta León
Periodista egresada de la Licenciatura en Periodismo en el Centro
Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara. Tiene afinidad al
periodismo narrativo. Colaboradora en Letra Fría desde 2017 y reportera a
partir de mayo del 2019.