Soldados de crystal y las «marcas» de su no guerra

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Soldados de crystal y las «marcas» de su no guerra

La metanfetamina es una sustancia que responde ampliamente a contextos de guerra y postguerra, por tratarse de momentos de tensión, incertidumbre, peligro y malestar, pero que requieren de un alto compromiso y nivel de productividad de los “soldados”.

En México, es probable que muchos de los cárteles utilicen el crystal como un medio de vinculación y reclutamiento de los consumidores y posiblemente para dopar a aquellos que son secuestrados y reclutados en contra de su voluntad, o un mecanismo de potencialización de aquellos que entraron por su “propia voluntad”.

Ese consumo podría estar relacionado con el incremento de la brutalidad con la que operan estas organizaciones.

Crueldad que se puede ver reflejada en las calles y los hogares y aunque, la relación entre el consumo de crystal y la violencia sea un tema que no se puede tomar a la ligera, ni en base a afirmaciones que fomenten la estigmatización de los consumidores, los relatos sobre experiencias de personas cercanas a consumidores, mi propia experiencia y diversas noticias que circulan en los medios, me permiten formular lo siguiente:

La relación que existe entre el incremento de la violencia, pero sobre todo de la brutalidad de esta, por sujetos que, en un estado de psicosis u otro tipo de alteración, consecuencia de su consumo, pueden llegar a asesinar en un intento de robo, o que pueden violentar o hasta matar a miembros de su familia o parejas.

Soldados de crystal para el “ejército del terror”

Además de participar activamente en esta guerra, no solo implica ejercer violencia directa al otro, como miembro de una agrupación o de forma individual, basta con participar en las dinámicas cotidianas producción y consumo para ser parte de la irracional estrategia bélica de destrucción y/o autodestrucción.

Estamos ante una sustancia que provoca efectos que elevan el rendimiento y su capacidad de soportar las condiciones y exigencias sobrehumanas: como soldados, máquinas o una especie de empresarios de sí mismos, donde se evalúan los riesgos dependiendo de las ganancias, no de las perdidas.

Otro aspecto del consumo de crystal que puedo relacionar con la guerra capitalista y los soldados de crystal, es la muerte y destrucción de los cuerpos.

Personas cada vez más jóvenes que mueren en el “campo de batalla” y esta es la vida cotidiana.

Las personas presentan consecuencias irreversibles en su salud física y mental, “marcas de la guerra”, condenados a consumir diversos tratamientos de por vida, como diálisis o medicamentos para la esquizofrenia; esto si tienen los recursos suficientes, sino condenados a vivir excluidos y morir de forma lenta y precarizada.

Con esto reafirmo la idea de que, no puede ser utilizado el contexto anterior, para justificar la criminalización y estigmatización de los consumidores.

Es urgente que se generen propuestas que respondan a esta crisis y den alternativas de intervención como cuidado, a las personas consumidoras y quienes le rodean.

Conclusiones generales

Los efectos de esta sustancia se pueden relacionar con la diversificación de las motivaciones de consumo.

A su vez, se relaciona con el aumento y diversificación del espectro del consumidor que se agrupan dentro del consumo de la misma sustancia.

Las motivaciones no son expresiones individuales de sujetos incapaces, desviados o erráticos, sino se relacionan con la exigencia, el sometimiento y la precarización a la que son expuestos todos.

También se relaciona a las bases ideológicas de la estructura social que se centra en la satisfacción y desarrollo a través del consumo.

Además de la diversidad de motivaciones, algunas individuales y otras sociales, que pueden relacionarse con la popularización del consumo de metanfetamina, la disponibilidad y bajos costos, estas juegan un papel crucial en el aumento del consumo de esta sustancia.

El narco capitaliza la crisis social

El control, poder y alcance industrial que tienen los cárteles mexicanos se refleja, en el aumento de la cantidad de puntos de venta, en la libertad con la que estos operan, su capacidad de producción industrial y masiva.

Dentro de la investigación sobre el consumo de sustancias y las adicciones, es importante considerar al narcotráfico como una industria capitalista, como tal, está más allá del bien, del mal, de lo legal o de lo ilegal: su fin es la acumulación de riquezas y poder.

La metanfetamina, como cualquier objeto de moda o popular, en algún punto será sustituida, más por lo que dicta el mercado, que por lo que las personas quieren.

Es probable que la siguiente sustancia de consumo masivo sea aún más problemática, como podría ser el fentanilo, que ya comienza a figurar en el norte del país

La sintetización de las sustancias y la digitalización de la vida son aspectos bastante importantes en la transformación del fenómeno del consumo de sustancias y adicciones en general.

Por ello es necesario que se contemplen -la sintetización y digitalización de la vida- dentro del análisis de este fenómeno para las estrategias y propuestas de prevención y contención.

Es necesario que las instituciones y personas interesadas en el tema produzcan y divulguen más contenido digital que pueda llegar a más personas.

¿Prevenir?

Es importante considerar que la prevención debe abarcar estrategias que busquen elevar la información objetiva y certera sobre las sustancias y el consumo, así como difundir e implementar prácticas y discursos enfocados en estimular: el autocuidado, la comunicación, el autocontrol, la creación y mantenimiento de vínculos afectivos o significativos.

La prevención no debe centrarse en las sustancias o el individuo ni partir del cuestionamiento y crítica de los múltiples factores implicados en la problematización del consumo de sustancias.

La prevención debe contemplar diversos entornos y aspectos de la vida de las personas más allá del consumo de sustancias.

También requiere que se involucren los miembros del entorno directo del consumidor y la participación social en general.

Acompañar para decidir parar

Es necesario que se dé una conciencia individual y colectiva de prevención, que otorgue a las personas la capacidad para poder acompañar y asistir a otro que presente señales de alerta o un consumo problemático.

No hay duda de que las mejores alternativas son inaccesibles para la mayoría de los consumidores.

La mayoría de las propuestas que existen mantienen modelos de rehabilitación centrados en el abstencionismo al considerar la adicción como una enfermedad crónica, mortal por lo que se hace con prácticas inhumanas o de poca efectividad.

En la actualidad los discursos, investigaciones y estrategias derivados de la perspectiva prohibicionista y de abstinencia, resultan limitados.

Considerando la implicación del internet y la inclinación de las personas por sustancias sintéticas en combinación con el poder y alcance industrial del crimen organizado, las sustancias y su consumo son una realidad que rebasa lo que estipule o no una regulación jurídica con tendencia de seguir en aumento.

Regular sin prohibiciones

A pesar de que en las instituciones se mantenga un discurso prohibicionista, es urgente que en las investigaciones y propuestas en torno al tema del consumo y adicciones, se transforme la perspectiva desde la que se aborda; se elimine el protagonismo sobre la implicación de la industria de narcóticos y el crimen organizado.

A pesar de que considero que la reducción de daños es una de las propuestas más congruentes, es importante que esta perspectiva se plantee de forma crítica y que contemple los diversos aspectos subjetivos, sociales y económicos pues pueden limitar las propuestas.

No todos los consumidores tienen las mismas posibilidades o experiencias personales o sociales que favorezcan la modificación de sus hábitos de consumo ni estilos de vida, en relación a la prevención de un consumo problemático.

Ninguna propuesta que se centre en la modificación de los hábitos y conductas individuales podrá ser realmente importante en la reducción, prevención y contención del consumo problemático de sustancias.

Ir al origen de los males

Es necesario que se cuestione y se busquen transformar aquellos factores socioculturales, políticos y económicos que están relacionados directa e indirectamente, con las motivaciones para problematizar el consumo de sustancias.

Así lo afirmó un testimonio de esta investigación, la pregunta sería más bien qué te hace vivir estresado, más que, qué te lo quita que te estresa, expresó en 2020.

Considerando el momento de malestar, incertidumbre y sobre exigencia de productividad, para algunas personas, el consumo de sustancias es un medio por el cual se evade esta realidad, pero también un medio por el cual se auto explota como empresario de sí mismo en lugar de lanzarse a las barricadas, explica Jappe.

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Las personas en lugar de buscar y exigir mejores condiciones laborales, de educación o de vida en general, consume algo que le otorgue la capacidad de evadir o adaptarse a esa realidad de sobre explotación y terror.

Y es que, aunque pueda sonar idealizado y utópico, para prevenir, contener y transformar el consumo problemático de sustancias, es necesaria la transformación social, así como la participación directa y consciente de las personas.

Ofrecer propuestas sobre una sociedad a la que valga la pena pertenecer, un futuro por el que valga la pena resistir o una vida por la que valga la pena vivir.

Nombrar el mal

Porque no solo se trata del consumo problemático de crystal y otras sustancias, esta es solo una de las manifestaciones que reflejan la situación de violencia y precarización en la cotidianidad, con un futuro poco prometedor, donde la desesperanza es indiferencia y aceptación de los espejismos de felicidad o bienestar.

Que las personas aceptan no de forma pasiva, sino desesperada por tratar de encontrar un poco de sentido y tranquilidad.

Es urgente que las personas se liberen de la subjetividad capitalista, que se desprende del culto al trabajo y al dinero, de lo contrario no podrán producirse nuevas formas de concebir y significar la vida.

“Frente a la regresión y a la descivilización promovidas por el capital, hay que descolonizar el imaginario y reinventar la felicidad”, dice Jappe, pero también la belleza, el placer, la espiritualidad, así como el dolor, el duelo y el miedo.

La felicidad por su condición subjetiva y los aspectos del contexto, es más una utopía.

Es muy diversa como para ser determinada de una manera generalizada, por lo que es necesario que se reflexione sobre propuestas para vivir y contener el miedo sin negar las condiciones del contexto; partir de la necesidad de reconocer y nombrar aquello que nos atemoriza o violenta. 

Escucharnos y organizarnos

Antes de que las personas pretendan ser felices, es importante que, sin miedo, culpa o vergüenza, reconozca y verbalice su dolor y malestar.

En espacios donde la palabra sea colectiva, donde más que palabras, sean un espejo que ayude a reconocer el dolor propio en otras personas, y a tratar de enfrentarlo desde la colectividad.

Considero que el dolor, la rabia, la precariedad o la violencia no son suficientes para comenzar y mantener la revolución y transformación social, es necesario que estos se organicen en torno a la esperanza, felicidad y bienestar de los sujetos.

Es decir, no basta el dolor o las injusticias para que las personas se organicen y resistan; es necesario que las organizaciones o proyectos de liberación contemplen y ofrezcan alternativas para generar esperanza.

Espacios de felicidad y placer fuera de las dinámicas capitalistas, pero dentro de los contextos precarizados.

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**Este artículo forma parte de la tesis <<La guerra capitalista en territorio mexicano y la generción de soldados-máquina>> de Sociología, que realizó la autora para obtener el grado de licenciatura en la Universidad de Guadalajara.

Foto: Félix Márquez

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Brenda Vázquez Velázquez
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Soy licenciada en Sociología por la Universidad de Guadalajara. Hice intervención dirigida a la estimulación corporal y socioemocional de las infancias. Durante cuatro años hice trabajo relacionado con el análisis y descripción del fenómeno del consumo de sustancias y las adicciones y he sido asistente de investigación en un grupo multidisciplinario de la Universidad ITESO, para el estudio sobre la capacidad de agencia en la experiencia adictiva y de rehabilitación; nos enfocamos principalmente en el aumento del consumo de metanfetamina en México, el consumo en jóvenes, adolescentes, niños, niñas, mujeres y la comunidad LGBT desde una perspectiva crítica e interseccional.

 

Soy licenciada en Sociología por la Universidad de Guadalajara. Hice intervención dirigida a la estimulación corporal y socioemocional de las infancias. Durante cuatro años hice trabajo relacionado con el análisis y descripción del fenómeno del consumo de sustancias y las adicciones y he sido asistente de investigación en un grupo multidisciplinario de la Universidad ITESO, para el estudio sobre la capacidad de agencia en la experiencia adictiva y de rehabilitación; nos enfocamos principalmente en el aumento del consumo de metanfetamina en México, el consumo en jóvenes, adolescentes, niños, niñas, mujeres y la comunidad LGBT desde una perspectiva crítica e interseccional.

 

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