Temaca, la justicia no es magia
El riesgo de que en México se vuelva a iniciar la construcción de un mega proyecto sin consulta y con desalojo forzado, no se ha extinguido en la era de la Cuarta Transformación.
En el caso de la Presa El Zapotillo, están puestos los cimientos de una atención e intervención del Gobierno Federal de forma muy distinta, hacia con las comunidades afectadas por 16 años.
A pocas semanas de que se cumpla un año de haberse pactado verbalmente -ante los ojos del mundo- un acuerdo, entre los pueblos en resistencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador, la obra se reactivó.
A cambio de ya no exigir el desmantelamiento de la presa, se aplicará un de Plan Integral de Justicia a cargo de quien mejor les conoce, Claudia Gómez Godoy.
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Quien le eche un simple vistazo en 2022 a la comunidad enclavada entre cuatro cerros, palpa saludable quietud, resistencia aún…y varias dudas como siempre.
La justicia como paradigma sigue en proceso. Y en un caso lleno de violaciones a los derechos humanos que han impactaron la vida de las víctimas y afectados ambientales, toca un largo vuelo antes de llegar a las medidas satisfactorias.
Justo el presidente López Obrador estuvo el domingo pasado en el municipio de Yahualica, supervisando el reinicio de la obra de la Presa El Zapotillo con las adecuaciones que pactó el 10 de noviembre de 2021.
Agua solo para Jalisco
Sabemos que son 1.5 metros cúbicos de agua para Guadalajara, lo que saldrá en un primer momento del Río Verde.
Que se <<sepulta>> el acueducto El Purgatorio y se reactiva una red de distribución de agua a través de un viejo proyecto: acueducto El Salto conectando a la Presa Calderón.
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Un proyecto por el que vale mencionar, varios municipios alteños estaban frente a un fuerte endeudamiento para realizar la obra.
El ajuste técnico de la Presa El Zapotillo con el vertedero en la corona, costará 6 mil millones de pesos.
Se informó que inicia la inversión con mil 800 millones y al terminar en 2024, se podrá disponer del otro 1.5 metro cúbico de agua que reclama el Área Metropolitana de Guadalajara.
Histórico igual a complejo
En la comunidad ya no hay lonas, ya no hay aparentes reclamos pero sigue en resistencia.
Además de esperanza y utopía hay cotidianidad: sacar el día, apilar la pastura, cumplir con el jale, cuidar el plantío, estar puntual para la camioneta que transporta trabajadores a las granjas avícolas.
Una escuela de educación básica a la que se le multiplican las necesidades de restauración y mejoras.
Una bomba que sigue con deficiencia al distribuir agua en la comunidad por falta de mantenimiento.
Casas nuevas sí, pero son más las que necesitan remozamiento.
Y un sin fin de propuestas en el aire: casa del Adulto Mayor, proyectos agropecuarios, «desarrollo turístico», debate sobre el empedrado y estatuas, entre una lista de temas que se comentan de esquina en esquina.
Las asambleas organizativas se multiplicaron como en los viejos tiempos.
En los portales no pasan más de 15 días sin que haya una convocatoria para monitorear el plan de trabajo. Hay comisiones civiles para el seguimiento.
Lo mismo pasa en Acasico y algunas familias de Palmarejo que se reactivaron.
Pendientes de AMLO
Toca reconocer el seguimiento único que ha dado el presidente López Obrador a este caso, a diferencia de sus antecesores; pero antes de palomear, hay una serie de pendientes vitales.
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Que esté plastificado el acuerdo y se agencie, no esgrime la necesidad política y procesal de hacer un nuevo decreto que cancele los de 1995 y 1997 sobre repartición de aguas entre Jalisco y Guanajuato. El antojo de usar más agua se puede reactivar en cualquier momento.
También falta, como señaló en un comunicado el Observatorio Ciudadano del Agua: cancelar el trasvase a León, Guanajuato.
“Orden dada no supervisada, no sirve para nada“, dijo el presidente López Obrador en su discurso frente a la cortina que seguirá, al menos a 2024, a 80 metros de altura.
Pero ojalá dar órdenes y supervisar fuera suficiente para dejar el problema socio-ambiental resuelto. No es así.
La disculpa como método
La versión de Cien años de soledad Jalisco está en Temacapulin, por fin me atrevo a decirlo en voz alta.
El pueblo ha sido ejemplar en la autogestión de conocimiento como la apropiación de derechos durante toda la resistencia, pero los cacicazgos, el peso de algunos apellidos, las relaciones con historia y la práctica machista, aún tejen entre líneas lo que conocemos como la lucha por los ríos libres, pueblos vivos en la región Altos de Jalisco.
Sucede que las medidas de reparación no son magia. Y si la magia de Temacapulin se va a comprometer, que por lo menos sea por un asomo de justicia con dignidad para todas y todos. Donde todos y todas ponen para ganar.
Cuando cada familia desequilibrada, empobrecida, dolida, agitada, agotada, enferma, rota, con sepelios imprevistos o adelantados, sienta que el panorama o el futuro es próspero, benéfico, certero y digno…
Cuando se comprenda el Plan Integral de Justicia o quede ampliamente aceptado, junto a la parte legal resuelta, a la reconciliación con el río quizá se sume un peso, pero uno reparador sobre el sí: sí tuvo sentido todo lo vivido.
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Foto: Jade Ramírez. Fecha de publicación: 12 de septiembre 2022.
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Soy radialista, periodista autodidacta y defensora de derechos humanos.
Autora de Radiografía de la música callejera en 2001, mi iniciación al paisaje sonoro. Gané la Bienal Internacional de Radio en tres ocasiones: radio-arte, radio indigenista y en mesa de debate. Premio Internacional de Periodismo Rey de España en 2008; finalista en 2007 y 2009 del Premio Fundación Nuevo Periodismo por radiorreportajes sobre violaciones a los derechos humanos atravesados por el eje cultura.
Becaria de la Fundación PRENDE en la universidad Ibero y becaria Connectas. Oficial de Libertad de Expresión en la Red de Periodistas de a Pie de 2015 a 2021.
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