Al plantear que la ley no establece límites ni lineamientos para que la objeción de conciencia pueda ser ejercida “sin poner en riesgo los derechos humanos de otras personas”, la Suprema Corte reconoce e invalida una carta comodín que ha sido utilizada mañosamente para negarnos derechos.
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Sin embargo, aún cuando el aborto deja de ser un delito bajo ciertas circunstancias, no significa que los derechos de las niñas y mujeres estén asegurados. El uso a conveniencia de la objeción de conciencia es un claro ejemplo.