Mientras tú estabas en casa, las aves, tortugas, delfines y cangrejos ocuparon espacios que suelen utilizar los humanos
Sinaloa.- Como nunca en la historia, las playas de Mazatlán estuvieron cerradas tres meses. Durante la ausencia de personas, los delfines tomaron la bahía, las aves marinas extendieron sus dominios y en la arena anidaron con calma las tortugas golfinas.
En las últimas semanas, decenas de cangrejos de buen tamaño transitaron por Playa Bruja y cavaron hoyos hasta debajo de las palapas vacías. Los salvavidas reportaron que no se habían visto en tal cantidad por la zona.
La pandemia confinó a los humanos, liberó espacios y permitió observar fenómenos naturales que siempre han estado presentes pero reciben poca atención.
Los florecimientos algales que se registraron en primavera, por ejemplo, atrajeron a una gran cantidad de peces a la orilla de la costa; así es como los pescadores tuvieron días de abundantes capturas y sus redes se vieron rebasadas.
Estos microorganismos presentes en el plancton también provocaron bioluminiscencias en algunos tramos de playa de Mazatlán y otros puertos del Pacífico.
En este tiempo, cientos de delfines fueron avistados en la bahía de Mazatlán. Al menos en la última década, no se les había visto tan cerca. Se estima que los cetáceos fueron atraídos por la abundancia de alimento. Así se les vio dos veces, sin ser molestados por las embarcaciones que suelen transitar el área, dado a que las actividades náuticas también fueron suspendidas durante el confinamiento.
Y en las playas que suelen ser transitadas, los nidos de tortugas marinas prosperaron sin riesgo a ser saqueados o pisados. En la época de anidación más baja del año, las crías de tortuga golfina salieron de sus nidos, en algunos casos, con un alto porcentaje de eclosión.
Cierre histórico
La Semana Santa del 2020 fue para las aves marinas que extendieron sus dominios a las playas que generalmente son abarrotadas por bañistas. Las imágenes, los sonidos y el paisaje, cambiaron este año.
Las playas de Mazatlán estuvieron cerradas en la época del año de mayor afluencia de bañistas.
El único antecedente de cierre de playas durante Semana Santa se remonta al 28 de marzo de 1964, cuando se propagó la noticia de que un maremoto azotaría en el puerto a las 5 de la mañana, según los relatos históricos que se difunden en el portal Amigos de Mazatlán.
“La alerta incluía que las personas se alejaran de la playa; pero al amanecer ya habían descartado el maremoto. Así que el cierre fue relativo y no efectivo, porque no hubo vigilancia ni acordonamiento, puro pánico”, comentó aparte el cronista Enrique Vega Ayala.
Salvo situaciones de marejadas y turbonadas que pudieran abarcar varios días, tampoco hay un antecedente histórico de cierre de playas tan prolongado, añadió.
De regreso a la normalidad
La reapertura de las actividades turísticas se da en un contexto de pandemia con repercusiones económicas, sociales y culturales.
En medio de esta crisis sanitaria mundial, la ONU ha declarado que al alterar el delicado equilibrio de la naturaleza, hemos creado condiciones para la propagación de patógenos, incluidos los coronavirus. Por esa razón se afirma que cuidar la naturaleza, es cuidar nuestra salud.
Para Marlenne Manzano Sarabia, investigadora de la Facultad de Ciencias del Mar, de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), nuestra “nueva normalidad” en playas y zonas costeras debería ser la de usuarios responsables, no sólo cuando acudimos a estos sitios, sino desde nuestros patrones de consumo y actividades diarias.
https://sonplayas.com/las-playas-se-vuelven-a-ensuciar-retiran-18-toneladas-de-basura-del-malecon/
De lo contrario, advierte, cada botella de agua, bolsa de plástico, cubierto desechable, guantes y cubrebocas, terminarán en algún momento en el océano sin que exista la forma de retirarlos en su totalidad. Eventualmente, consumiremos los derivados de esos desechos que arrojamos al mar.
Recordó que las actividades económicas como la pesca y el turismo dependen de los servicios que nos brinda la zona costera y que las afectaciones a cualquiera de esos servicios nos enfrenta a retos importantes como humanidad.
“Deseo que la ‘normalidad’ sea la apropiación y defensa de nuestro patrimonio natural; sí aprovechar los recursos pero de una manera sostenible, es la herencia viva que debemos resguardar”, concluyó.
Periodista con 20 años de experiencia, especializada en contenidos de medio ambiente. Fundadora del sitio sobre periodismo ambiental sonplayas.com en Sinaloa.